A Fin de Conocerle

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No falta mucho tiempo, 16 de diciembre

Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Isaías 26:20. AFC 354.2

No pasará mucho hasta que la tormenta estalle sobre el mundo que está tan dormido en el pecado... Cuando la tierra se bambolee como un ebrio, cuando los cielos se estremezcan y venga el gran día del Señor, ¿quién podrá estar firme? Una cosa verán temblando de agonía, de la cual procurarán escapar en vano. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá”. Apocalipsis 1:7. Los que no están salvos pronuncian desesperadas imprecaciones a la naturaleza, muda, su dios... AFC 354.3

La creación es leal a su Dios y no escucha los gritos desesperados... Los pecadores que no quisieron que Jesús quitara sus pecados corren de un lado para otro en busca de un lugar donde ocultarse, exclamando: ¡Pasóse la siega, acabóse el verano, y nuestras almas no han sido salvadas! ¡Si hubieran visto la Roca de salvación y perfecta seguridad... a la cual correr a refugiarse hasta que pase la ira!... AFC 354.4

Ese Cordero cuya ira será tan terrible para los burladores de su gracia, será gracia y justicia y amor y bendición para todos los que lo han recibido. La columna de nube que era tinieblas, terror e ira vengadora para los egipcios, para el pueblo de Dios era una columna de fuego y luz. Así acontecerá con los hijos de Dios en los últimos días. La luz y la gloria de Dios para su pueblo que guarda sus mandamientos son tinieblas para los incrédulos. Ven que es terrible caer en manos del Dios viviente. El brazo, extendido durante tanto tiempo, fuerte para salvar a todos los que acuden a él, es poderoso para ejecutar su juicio sobre todos los que no quieren ir a él para tener vida. Dios quiera que mientras aún dura la misericordia, mientras todavía se escucha la voz de la invitación, haya un vuelco hacia el Señor. Se han hecho provisiones seguras para proteger a cada alma y a los que observan sus mandamientos hasta que pase la ira.—Carta 137, 1896. AFC 355.1