A Fin de Conocerle

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Un lugar seguro de refugio, 15 de diciembre

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. Apocalipsis 3:10. AFC 353.2

Dios tiene un registro de la conducta de las naciones... En esta época se manifiesta un desprecio inaudito por Dios. Los hombres han llegado a un punto de insolencia y desobediencia que muestra que su copa de iniquidad está casi llena... El Espíritu de Dios está siendo retirado de la tierra. Cuando el ángel de la misericordia pliegue sus alas y se aleje, Satanás ejecutará las malas obras que ha querido realizar durante mucho tiempo. Tormentas y tempestades, guerras y derramamiento de sangre: en estas cosas se deleita y eso reúne en su cosecha. Y los hombres serán engañados tan completamente por él, que declararán que esas calamidades son el resultado de la transgresión del primer día de la semana. Desde los púlpitos de las iglesias populares se proclamará la declaración de que el mundo está siendo castigado porque no se honra el domingo como se debiera... AFC 353.3

Satanás introducirá fábulas agradables en la mente de los que no aman la verdad. Acusará con airado celo a los observadores de los mandamientos... Satanás reclama para sí el mundo, pero hay un grupo reducido que lucha contra sus engaños y lucha denodadamente por la fe que una vez fue dada a los santos. Satanás se empeña en destruir a ese pueblo. Pero Dios es su torre de fortaleza. Levantará por ellos estandarte contra el enemigo. Será para ellos “escondedero contra el viento” y “refugio contra el turbión”. Isaías 32:2. Les dirá: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos”. Isaías 26:20, 21.—The Review and Herald, 17 de septiembre de 1901. AFC 354.1