A Fin de Conocerle

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La mejor distinción que podemos tener, 17 de diciembre

Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. AFC 355.2

Somos adventistas. Esperamos el advenimiento de nuestro Salvador Jesucristo, y nos gusta pensar en él. Sabemos en quién hemos creído, y no tememos encomendarle el cuidado de nuestra alma en aquel día. No nos sentimos humillados al confesar que somos adventistas... AFC 355.3

Creemos en el sábado del cuarto mandamiento porque está señalado explícitamente, y es el fundamento de nuestra fe religiosa. Que ninguno se avergüence de esto... No aceptamos la autoridad de los concilios humanos, sino nos adherimos a los concilios celestiales. “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”. Salmos 119:89. Aceptamos un “así dice Jehová”. Esta es nuestra posición. Una doctrina que no se conforma con un “así dice Jehová” podrá ser aceptada por todo el mundo, pero ello no la convierte en verdad... Si queremos conocer el camino al cielo, debemos estudiar la Biblia y no teorías o suposiciones humanas... No nos avergonzamos de nuestra fe, el adventismo del séptimo día, porque es la mejor distinción que podemos tener. Esperamos la segunda venida de nuestro Señor y Salvador. Los hombres pueden burlarse de nuestra fe y ridiculizarla, pero esto no debería provocarnos ni sorprendernos. Todas estas demostraciones no convierten a la verdad en error, ni al error en verdad. Nos situamos firme e inamoviblemente sobre la plataforma de la Palabra de Dios... AFC 355.4

Las realidades eternas deben mantenerse ante los ojos de la mente, y las atracciones del mundo aparecerán como son, como cosas sin provecho... Somos peregrinos y extranjeros que esperan la bendita esperanza y oran por ella, la gloriosa venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Si creemos en esto y llevamos esa creencia a nuestra vida práctica, qué acción vigorosa inspirarán esta fe y esperanza, qué amor ferviente, qué vida cuidadosa y santa para la gloria de Dios... qué notable distinción entre nosotros y el mundo.—Manuscrito 39, 1893. AFC 356.1