Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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Los males del formalismo

El mal no resultará de la organización, sino de hacer que la organización lo absorba todo, reduciendo a algo de poca monta la piedad vital. Cuando la forma y la maquinaria toman la preeminencia, y se efectúa un trabajo laborioso para mantener en marcha la obra que debe ser hecha con sencillez, resultará el mal, y se realizará poco en proporción con el esfuerzo empleado. El objeto de la organización es precisamente el opuesto a éste; y si nos desorganizáramos, ello equivaldría a derribar lo que se ha edificado. Se han visto malos resultados tanto en la escuela sabática como en la sociedad misionera, porque se ha dado mucha importancia a la maquinaria, en tanto que la experiencia vital se ha perdido de vista. En muchas de las mejoras imaginadas que se han introducido, se ha colocado sobre la obra el molde del hombre. En la escuela sabática se han aceptado como dirigentes y maestros a hombres y mujeres que no tenían una disposición espiritual, y que no tenían un interés vivo en la obra encomendada a su cuidado; pero los asuntos pueden ponerse en orden únicamente por medio de la ayuda del Espíritu Santo... COES 171.1

Podríamos ver un orden diferente de cosas si una cantidad de personas se consagrara completamente a Dios, y dedicara sus talentos a la obra de la escuela sabática, siempre progresando en conocimiento y educándose para ser aptas para instruir a otros sobre los mejores métodos que pueden emplearse en la obra; pero no les corresponde a los obreros buscar métodos que les permitan hacer ostentación, gastando el tiempo en representaciones teatrales y despliegues musicales, porque esto no beneficia a nadie. No hace ningún bien educar a los hijos a hacer discursos para ocasiones especiales. Ellos deben ser ganados para Cristo, y en vez de invertir el tiempo, el dinero y el esfuerzo en la ostentación, que todo el esfuerzo sea empleado para juntar gavillas para la cosecha. COES 172.1

Muchos parecen pensar que todo lo que es esencial en la obra de la escuela sabática es organizar la escuela y enseñar a los alumnos a actuar en armonía con ceremonias y formas establecidas; y que si pueden conseguirse algunas personas como maestros, la escuela sabática funcionará por sí misma. A menudo se consiguen maestros que no pueden guiar a las almas a Cristo, porque ellos no saben lo que es hallar lo precioso para sus propias almas; pero todos los que no avalúan el alma de manera que trabajen como Cristo quisiera que trabajaran, desparramarán. “El que [notad estas palabras] conmigo no recoge, desparrama.” Si los maestros no tienen la preocupación de conducir a las almas a Jesús, se volverán indiferentes a la verdad; llegarán a ser descuidados y la atmósfera con la cual rodean sus almas obrará para apartarlas de Cristo. Y con tales elementos en la escuela sabática, se tropezará perpetuamente con dificultades; porque cuando los maestros se ocupan en la obra y no tienen interés en ella, los alumnos participarán del mismo espíritu.—Fundamentals of Christian Education, 253, 254. COES 172.2