Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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El peligro de la formalidad fría

La antiquísima historia del amor de Jesús, repetida por los maestros y el director, con el amor de Jesús en el corazón, tendrá un poder que convencerá y convertirá a las almas. Si el amor y la ternura de Jesús han tocado vuestro corazón, podréis trabajar por vuestros discípulos. Es preciso tener en vista siempre la simplicidad del Evangelio. Con la ayuda de lo alto podemos hacer una obra fiel para el Maestro. Continuamente debería mantenerse delante de los alumnos el hecho de que sin que haya sinceridad de corazón todos nuestros esfuerzos serán vanos. COES 170.1

El cariño y el amor deben verse en cada movimiento de los maestros y directores de la escuela. La fría formalidad debe ser reemplazada por el celo fervoroso y la energía. El amor de Jesús debe llenar de tal manera toda la escuela, que los alumnos lleguen a considerar esto como la educación más elevada. La severidad o la crítica no deben hallar lugar en la escuela sabática ni en la escuela diaria. Deben ser alejadas completamente del corazón de los maestros y de todos los que desempeñan una parte prominente en la escuela. COES 170.2

No se debería sentir orgullo por las formas o rutinas mecánicas de la escuela, sino por el bien que se haya logrado al llevar las almas a Jesucristo. Es posible conseguir que las máquinas respondan a la voluntad humana, y trabajen con perfecta exactitud, pero carecen de alma. Lo mismo sucede con las escuelas donde las formalidades ocupan un lugar prominente; son como el mármol, que no tiene vida. Si todos los que se hallan relacionados con la escuela comprenden la responsabilidad de su obra, y sienten que están haciendo esfuerzos, no sólo para lo presente, sino para la eternidad, se verán el orden y la armonía en cada división.—Testimonies on Sabbath-School Work, 89, 90. COES 170.3