Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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El amor como poder compulsivo

Manifestamos muy poca simpatía en nuestro trabajo por las almas. No existe ese poder de suplicar, instar y atraer que Dios quiere que ejerzamos para que se reconcilien las almas con él. Si enseñamos la verdad como es en Jesús, no se considerará la religión corno una tarea desagradable, sino como un deleite. Manifiesten los maestros en su labor alegría, gratitud, y un corazón lleno de ternura y compasión cristianas, y leuden los corazones de sus alumnos con el espíritu de amor desinteresado, porque éste es el espíritu que impregna el cielo. ¿No dejarán los obreros de la escuela sabática todo orgullo y amor propio, y llegarán a ser sinceramente y de todo corazón hacedores de la palabra? “Vestíos del Señor Jesucristo; y no hagáis caso de la carne en sus deseos.” La fe genuina confía en Cristo y se somete a él sin vacilación ni reserva, consintiendo en seguirle dondequiera que vaya. Cuando esto se cumpla, como resultado de esfuerzos bien dirigidos, le serán traídas muchas almas al Maestro como gavillas preciosas. COES 119.1

Los padres y maestros deberían procurar impresionar la mente de los niños desde sus primeros años con la importancia de la salvación. Deberían enseñar a los niños que Dios es su Padre Celestial, que su amor les es expresado en el don de su unigénito Hijo, y que el Salvador del mundo demostró su amor para con ellos viniendo a nuestro mundo a morir, para que nosotros pudiésemos vivir. Si estas lecciones son presentadas con amor y ternura, dejarán en la mente y el corazón de la juventud una impresión duradera. Así como el espejo refleja imágenes y objetos cuando son revelados por la luz del sol, así la mente reflejará estos temas cuando sean iluminados por el amor de Cristo.—Testimonies on Sabbath School Work, 100, 101. COES 119.2