Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

102/199

Cristo y no el hombre ha de ser el modelo

Que el maestro de la escuela sabática no imite el ejemplo de los que no creen en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, ni aun cuando aquellos que ministran en el púlpito sagrado les hayan dado tal ejemplo. El que quiere ser aceptado como colaborador de Dios no debe estar imitando el tono, las maneras o ideas de otro hombre. Tiene que aprender de Dios, y estar dotado de sabiduría celestial. Dios ha dado el don de la razón y la inteligencia tanto a un obrero como a otro; y según vuestra capacidad, habéis de entregar los talentos a los “banqueros.” El Señor no quiere que ningún obrero sea la mera sombra de otro a quien admire. El maestro tiene que crecer hasta la medida de la estatura de Cristo; no hasta la medida de algún mortal finito y errante. Tenéis que crecer en la gracia, y ¿dónde puede hallársela? Sólo en Cristo, el Modelo divino. COES 117.2

Mire, pues, cada cual a Cristo, e imite al Modelo divino. Que cada obrero empeñe hasta lo sumo sus facultades para trabajar en armonía con el plan de Dios. Aprenda en la escuela de Cristo, a fin de ser sabio para instruir a otros. Los que son puestos bajo el cuidado del maestro de la escuela sabática necesitarán la sabiduría y la experiencia que Dios puede dar al que sigue a Cristo. Aprenda el maestro de la mansedumbre y humildad de corazón de Cristo, a fin de ser un maestro verdadero, y gane a sus alumnos para Cristo, para que ellos, a su vez, lleguen a ser fieles misioneros en el gran campo de la siega.—Testimonies on Sabbath School Work, 76, 77. COES 118.1