Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica

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Los maestros deben ser ejemplares

Los maestros deberían presentar delante de la juventud un ejemplo correcto, en espíritu y comportamiento, y en su indumentaria. Deberían vestir ropas sencillas y ser de espíritu tan humilde como un niño y a la vez puros y elevados, porque ellos están en la presencia de Dios para representar delante de sus alumnos el carácter de Cristo. Con espíritu de devoción y ternura de corazón deberían mirar a los que están a su cargo, recordando que Jesús dijo: “Mirad no tengáis en poco a alguno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos.” ... COES 116.3

Si los maestros siempre tuvieran presente que el Espíritu Santo es quien tiene que revelar al alma vislumbres de las cosas celestiales, y que a medida que ellos trabajan con el espíritu de Cristo, ese instrumento celestial está impresionando la mente con la verdad divina; si ellos siempre reconociesen que hay ángeles en derredor de ellos y que se hallan en terreno santo, se haría una obra mucho más eficiente en nuestras escuelas sabáticas. Los maestros no carecerían de gracia y poder espirituales, porque se darían cuenta de la presencia divina; comprenderían que ellos no son sino los instrumentos humanos por medio de quienes Cristo está comunicando la luz celestial. Su obra estaría llena de fervor y poder, y ellos sabrían que el Espíritu ayuda sus flaquezas.—Testimonies on Sabbath-School Work, 41-43. COES 117.1