Hijos e Hijas de Dios

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En buen ánimo, 22 de mayo

Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo. Hechos 27:22. HHD 151.1

Jesús vivió en un hogar de artesanos, y con fidelidad y alegría desempeñó su parte en llevar las cargas de la familia... Trabajaba con alegría y tacto. Se necesitaba mucha paciencia y espiritualidad para introducir la religión de la Biblia en la vida familiar y en el taller; para soportar la tensión de los negocios mundanales y, sin embargo, continuar deseando sinceramente la gloria de Dios. En esto Cristo fue nuestro Ayudador. Nunca estuvo tan embargado por los cuidados de este mundo que no tuviese tiempo o pensamientos para las cosas del cielo. A menudo expresaba su alegría cantando salmos e himnos celestiales. Con frecuencia los moradores de Nazaret oían su voz que se elevaba en alabanza y agradecimiento a Dios. Mantenía su comunión con el cielo mediante el canto, y cuando sus compañeros se quejaban por el cansancio, eran alegrados por la dulce melodía que brotaba de sus labios. Sus alabanzas parecían ahuyentar a los malos ángeles, y como incienso, llenaban el lugar de fragancia.—El Deseado de Todas las Gentes, 52, 53. HHD 151.2

No frunzáis el entrecejo ni rezonguéis cuando se requiere alguna tarea de vosotros; más bien cumplid con buen ánimo los pequeños deberes... No son más que deberes sencillos, del hogar, y os parecerían muy insignificantes si otro tuviera que hacerlos. Si los emprendéis con paso rápido y corazón alegre porque podéis hacer algo para aliviar los cuidados de vuestros padres, seréis una bendición en el hogar. No sabéis cuánto bien podéis hacer si vuestro rostro está siempre animoso y lleno de luz, y si observáis continuamente para descubrir la oportunidad de ayudar... Día a día construís para la eternidad. Dad forma a vuestros caracteres de acuerdo con el Modelo divino. Entretejed en él toda la bondad, la obediencia consciente, la comprensión y el amor que podáis.—The Youth’s Instructor, 24 de septiembre de 1884. HHD 151.3