Hijos e Hijas de Dios

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El desarrollo físico, 13 de mayo

Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. Lucas 2:40. HHD 142.1

La constitución física de Jesús, como asimismo su desarrollo espiritual, están frente a nosotros en estas palabras: “El niño crecía”, y “crecía... en estatura”. Se debiera prestar atención en la niñez y la juventud al desarrollo físico. Los padres debieran educar a sus hijos en la práctica de buenos hábitos en el comer, en el beber, en el vestir y en el ejercicio, de manera que se ponga un buen fundamento para la buena salud del futuro. Se debiera cuidar especialmente el organismo, para que las facultades del cuerpo no se deformen, sino que se desarrollen en su plena extensión. Esto pone a los niños y a los jóvenes en una situación favorable, de manera que con educación religiosa apropiada puedan, a semejanza de Cristo, fortalecerse en espíritu... HHD 142.2

Muchos pretenden que es necesario dedicarse al entretenimiento egoísta para la preservación de la salud física. Es cierto que se necesita un cambio para el mejor desarrollo del cuerpo, porque la mente y el organismo se refrigeran y fortalecen por el cambio; pero no se consigue este objeto por entregarse a entretenimientos insensatos, por el descuido de los deberes que se debiera requerir que los jóvenes realicen diariamente. La mente y las manos activas de los jóvenes deben tener su ocupación, y si no se las emplea en tareas útiles, que los desarrollarán para bendecir a los demás, encontrarán empleo en lo que cause perjuicio al cuerpo y a la mente.—The Youth’s Instructor, 27 de julio de 1893. HHD 142.3

Tanto física como espiritualmente, [Jesús] era un ejemplo de lo que Dios quería que fuese toda la humanidad mediante la obediencia a sus leyes.—El Deseado de Todas las Gentes, 34. HHD 142.4