Hijos e Hijas de Dios

129/374

En el estudio de la Biblia, 7 de mayo

Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Lucas 24:27. HHD 136.1

Después que José y María lo hubieron buscado [a Cristo] por tres días, lo encontraron en el atrio del templo, sentado en medio de los doctores, que lo escuchaban, y a quienes él les dirigía preguntas. Y todos los que lo oían se maravillaban de su gran inteligencia y de sus respuestas. Formulaba sus preguntas con una gracia que encantaba a esos eruditos... Su madre no pudo menos que notar sus palabras, su espíritu, su obediencia voluntaria a sus requerimientos. HHD 136.2

No es correcto decir, como lo han manifestado muchos escritores, que Jesucristo era semejante a todos los niños. No era como todos los niños. Muchos niños son mal educados. Pero José, y especialmente María, conservaron ante ellos el recuerdo de la paternidad divina de su hijo. Jesús fue instruido de acuerdo con el sagrado carácter de su misión. Su inclinación a hacer lo correcto fue un premio constante para sus padres.—The Youth’s Instructor, 18 de septiembre de 1898. HHD 136.3

Su conocimiento íntimo de las Escrituras nos demuestra cuán diligentemente dedicó sus primeros años al estudio de la Palabra de Dios.—El Deseado de Todas las Gentes, 51. HHD 136.4

Cristo abrió las Escrituras a sus discípulos, comenzando con Moisés y los profetas, y los instruyó en todo lo concerniente a sí mismo, y también les explicó la profecía.—Testimonies for the Church 4:401. HHD 136.5

Señaló las Escrituras como algo de incuestionable autoridad, y nosotros debemos hacer lo mismo.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 25. HHD 136.6