Hijos e Hijas de Dios

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De obcecados a santificados, 18 de abril

No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios. Efesios 6:6. HHD 117.1

Que nadie diga: “No puedo vencer mis defectos de carácter”; porque si tal es vuestra decisión, no podréis tener la vida eterna. La imposibilidad yace totalmente en vuestra voluntad. Si no queréis, entonces no podréis. HHD 117.2

La verdadera dificultad consiste en la corrupción del corazón no santificado, y en la falta de disposición para someterse a la voluntad de Dios. Cuando nazca el determinado propósito en vuestros corazones de vencer, entonces estaréis en disposición de triunfar, y cultivaréis aquellos rasgos del carácter que son deseables, y emprenderéis el conflicto con esfuerzo continuo y perseverante. Ejerceréis una vigilancia constante sobre vuestros defectos de carácter, y cultivaréis modalidades correctas en las cosas pequeñas. La dificultad de vencer disminuirá en proporción a la santificación del corazón por la gracia de Cristo.—The Youth’s Instructor, 7 de septiembre de 1893. HHD 117.3

No puedes dominar como deseas tus impulsos, tus emociones, pero puedes dominar la voluntad y hacer un cambio completo en tu vida. Sometiendo tu voluntad a Cristo, tu vida se ocultará con Cristo en Dios, y se unirá al poder que está por encima de todos los principados y las potestades. Tendrás fuerza procedente de Dios que te mantendrá unido a su fuerza y te será posible alcanzar una nueva luz, la luz misma de la fe viviente... Habrá en ti un poder, un fervor y una simplicidad que te constituirán en un instrumento pulido en manos de Dios.—Mensajes para los Jóvenes, 150, 151. HHD 117.4