Hijos e Hijas de Dios

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Del descuido a la prolijidad, 17 de abril

En lo que requiere diligencia, no perezosos;fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Romanos 12:11. HHD 116.1

Hay jóvenes y señoritas muy opuestos al orden y la disciplina... No prestan atención a las reglas que indican que hay que levantarse y acostarse a horas regulares, sino que tienen sus lámparas encendidas hasta medianoche, y después se quedan en cama por la mañana... ¿No sería bueno romper el hábito de convertir las horas preciosas del día en noche, y de volver en día las horas de la noche mediante el empleo de luz artificial?... HHD 116.2

Hasta donde sea posible, es bueno considerar lo que debe realizarse durante el día. Haced una lista de los diferentes deberes que requieren vuestra atención, y apartad cierto tiempo para cumplirlos. Que todo se haga con exactitud, prolijidad y rapidez. HHD 116.3

Fijaos una cantidad de minutos para hacer el trabajo, y no os detengáis a leer periódicos o libros que llamen vuestra atención, sino que decíos: “No, me quedan tantos minutos para hacer mi trabajo, y debo cumplir mi tarea en el tiempo prefijado”... Que aquellos que son naturalmente lentos, traten de ponerse activos, rápidos, enérgicos, recordando las palabras del apóstol: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”... HHD 116.4

El esfuerzo ferviente y perseverante os pondrá en el terreno ventajoso de la victoria; porque el que lucha para vencer con la gracia de Cristo y por medio de ella, tendrá iluminación divina y podrá comprender cuántas grandes verdades se pueden obtener de las cosas pequeñas, y de qué manera la religión puede ponerse en práctica en las circunstancias de la vida, tanto pequeñas como grandes.—The Youth’s Instructor, 7 de septiembre de 1893. HHD 116.5