Hijos e Hijas de Dios

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La fiel recompensa de Eliseo, 27 de marzo

Partiéndose él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. 1 Reyes 19:19. HHD 95.1

El profeta Elías estaba por poner fin a sus labores terrenales. Otro había de ser llamado para impulsar la obra que había de hacerse en ese tiempo. En su viaje, Elías fue orientado hacia el norte... Por donde mirara, la tierra que veía pertenecía a un hombre; un hombre que no había doblado su rodilla ante Baal, cuyo corazón había permanecido indiviso al servicio de Dios. Aun durante el cautiverio había habido almas que no habían apostatado, y esta familia se incluía entre los siete mil que no habían doblado su rodilla ante Baal. El dueño de esa tierra era Safat... HHD 95.2

La atención de Elías se dirigió a Eliseo, el hijo de Safat, quien araba la tierra con los siervos y doce yuntas de bueyes. Era educador, director y trabajador. Eliseo no vivía en las ciudades densamente pobladas. Su padre era un labrador, un agricultor. Eliseo había recibido su educación lejos de la ciudad y de la disipación de la corte. Había sido preparado para que adquiriera hábitos de sencillez y obediencia a sus padres y a Dios... Pero aunque tenía un espíritu humilde y tranquilo, Eliseo no tenía un carácter voluble. Poseía integridad, fidelidad, amor y temor a Dios. Tenía las características de un gobernante, pero junto con ellas poseía la mansedumbre del que está dispuesto a servir. Su mente se había ejercitado en las cosas pequeñas, para ser fiel en lo que hubiera que hacer; de tal manera que si Dios lo llamaba a actuar más directamente en su favor, estuviera preparado para oír su voz.—The Youth’s Instructor, 14 de enero de 1898. HHD 95.3