Hijos e Hijas de Dios

73/374

Pensemos en Cristo, 12 de marzo

Y renovaos en el espíritu de vuestra mente. Efesios 4:23. HHD 80.1

Los jóvenes de hoy pueden ser educados para cumplir propósitos elevados y santos... Son alumnos en la escuela de Cristo, que aprenden diariamente las lecciones que enseña el divino Maestro.—The Youth’s Instructor, 25 de octubre de 1894. HHD 80.2

Es en la juventud cuando los afectos son más ardientes, la memoria más receptiva y el corazón más susceptible a las impresiones divinas; y es durante la juventud cuando las facultades mentales y físicas debieran ser dedicadas a la tarea a fin de que puedan hacerse grandes progresos teniendo en cuenta a la vez el mundo actual y el venidero. HHD 80.3

La cantidad de conocimiento valioso que puedan adquirir los jóvenes y las señoritas, difícilmente puede calcularse. Pero para alcanzar una norma elevada, deben cerrar la puerta a los pensamientos bajos que Satanás trata de introducir en la mente, y deben rehusar someterse a sus tentaciones. Los jóvenes debieran adquirir lo que el oro no puede comprar, al mantener el propósito puro y fuerte de tratar de ser todo lo que Dios desea que lleguen a ser. Debe prepararse a la mente para espaciarse en pensamientos rectos. Debieran estudiar las Escrituras e implantar en la vida diaria las reglas divinas que Dios ha establecido para su dirección. El que ha crecido en el servicio de Dios puede olvidar las cosas que están sucediendo a su alrededor, y los acontecimientos recientes pueden pasar rápidamente de su memoria; pero su mente estará despierta para las escenas y los acontecimientos de su infancia. ¡Oh, que los jóvenes puedan comprender cuán importante es mantener la mente libre de pensamientos corruptores, pura y limpia, y preservar el alma de toda práctica degradante; porque la pureza o la impureza de la juventud se refleja en la ancianidad!—The Youth’s Instructor, 25 de octubre de 1894. HHD 80.4