Hijos e Hijas de Dios

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Entramos en el reposo de Cristo, 10 de marzo

Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Hebreos 4:9. HHD 78.1

Si estáis dispuestos a aprender mansedumbre y humildad de corazón en la escuela de Cristo, seguramente os dará desanso y paz. Es una lucha terrible abandonar vuestra propia voluntad y vuestros propios caminos. Pero una vez aprendida esta lección, encontraréis descanso y paz. El orgullo, el egoísmo y la ambición deben ser vencidos; debéis ser absorbidos en la voluntad de Cristo. Toda la vida debe convertirse en un constante sacrificio de amor, todo acto una manifestación de amor y toda palabra una expresión de amor. De la misma manera que la savia de la vid circula a través de los tallos y los racimos, desciende a las fibras más bajas y alcanza a la hoja más alta, la gracia y el amor de Cristo deben arder y llenar el alma, enviando sus virtudes a todo el ser y saturando toda manifestación del cuerpo y la mente.—Carta 14, 1887. HHD 78.2

Al ser colaboradores con Cristo en la gran obra por la cual dio la vida, encontraremos verdadero descanso. Siendo aun pecadores, él dio su vida por nosotros. Quiere que nos lleguemos a él y aprendamos de él. Así encontraremos descanso. Dice que nos dará descanso. “Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón”. Al hacerlo descubriréis en vuestra propia experiencia el descanso que Cristo da, descanso que resulta de llevar su yugo y portar sus cargas.—The General Conference Bulletin, 4 de abril de 1901. HHD 78.3