Hijos e Hijas de Dios

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Septiembre

Somos colaboradores de Dios, el privilegio de colaborar, 1 de septiembre

Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 1 Corintios 3:9. HHD 253.1

Si tan sólo pudierais daros cuenta de que el Dios del cielo se dirige a los que se han rebelado contra su gobierno y les dice: “Podéis ser mis colaboradores”, hoy mismo os consagraríais a él... ¿No es maravilloso que podamos recibir la rica corriente de gracia divina y trabajar en armonía con él? ¿Qué espera la Deidad de nosotros, pobres, débiles y vacilantes como somos? ¿Qué puede hacer ella con nosotros? Todo, si estamos dispuestos a entregarle todo. HHD 253.2

Cuando Dios me llamó en mi niñez para trabajar por él, solía preguntarme: “¿Qué puedo hacer yo?” Dios dice: “Obedece mis órdenes”. Eso es todo lo que cualquiera de nosotros necesita hacer. Quiero deciros lo que cada uno de vosotros, desde el mayor hasta el menor debe hacer: Podéis cooperar con Dios,... y los unos con los otros... No necesitaréis preocuparos por complaceros a vosotros mismos. Os daréis cuenta de que sois responsables por la influencia que ejercéis... HHD 253.3

“Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios”. ¡Pensemos en esto! El trata de trabajar la mente en la misma forma como se labra la tierra. Procura sembrar semillas que llevarán fruto para su gloria. “Edificio de Dios” sois. Pero él no edifica descuidadamente para vosotros.—The Youth’s Instructor, 3 de mayo de 1900. HHD 253.4

Si consagramos nuestra vida al servicio de Dios, nunca podremos ser colocados en una situación para la cual Dios no haya hecho provisión.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 159. HHD 253.5

Jesús ha abierto toda la divina plenitud de su inexpresable amor y nos declara: “Somos colaboradores de Dios”.—Carta 1, 1894. HHD 253.6