Hijos e Hijas de Dios

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Abril

La ofrenda más preciosa, 1 de abril

Dame, hijo mío, [hija mía] tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. Proverbios 23:26. HHD 100.1

Dad a Dios la ofrenda más preciosa que os sea posible hacer: dadle vuestro corazón. El os habla diciendo: “Hijo mío, hija mía, dame tu corazón. Aunque vuestros pecados sean como la grana, los emblanqueceré como la nieve; porque os limpiaré con mi propia sangre. Haré de vosotros miembros de mi familia: hijos del Rey celestial. Recibid mi perdón, mi paz que os doy generosamente. Os vestiré con mi propia justicia: el vestido de bodas, y os prepararé para la cena de bodas del Cordero. Cuando estéis revestidos de mi justicia, lograréis alcanzar una norma elevada por medio de la oración, de la vigilancia, del estudio diligente de mi Palabra. Comprenderéis la verdad, y vuestro carácter será modelado por la influencia divina; porque ésta es la voluntad de Dios, a saber, vuestra santificación”.—The Youth’s Instructor, 30 de junio de 1892. HHD 100.2

Tal vida... será un consuelo, y estará llena de satisfacciones, porque el cielo estará viniendo a vuestra vida, e infundiendo paz a vuestra alma... Quisiera que todos los jóvenes comprendieran cuán preciosa es la ofrenda a Dios de un corazón juvenil. Con cuánto amor guardan los ángeles las pisadas de los jóvenes que temen y aman al Señor... Los jóvenes que han atesorado en el corazón y en la mente una buena porción de las palabras de admonición y ánimo de Dios, de sus preciosas promesas semejantes a perlas, de las cuales pueden disponer en cualquier momento, serán un canal viviente de luz. Esos jóvenes tienen relación con la Fuente de toda luz. El Sol de justicia envía su luz y sus rayos sanadores al alma, y su resplandor irradia alrededor de esa alma.—The Youth’s Instructor, 3 de agosto de 1887. HHD 100.3