Hijos e Hijas de Dios

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La poda es necesaria, 9 de octubre

Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Juan 15:2. HHD 291.1

Los que quieran andar detenidamente en las pisadas de su abnegado Redentor reflejarán en su manera de ser la de Cristo. La pureza y el amor de Cristo resplandecerán en su vida diaria y su carácter, y la mansedumbre y la verdad guiarán sus pies. Toda rama fructífera se podará para que dé más fruto. Aun las ramas fructíferas pueden ostentar demasiado follaje, y aparentar lo que en realidad no son. Los seguidores de Cristo pueden hacer alguna obra para el Maestro, y sin embargo no estar haciendo ni la mitad de lo que podrían hacer. El los poda entonces, porque la mundanalidad, la indulgencia propia y el orgullo se están manifestando en su vida. Los viñadores cortan los pámpanos sobrantes de las vides y los zarcillos que se aferran a la maleza de la tierra, y así las hacen más fructíferas. Estas causas de estorbo deben eliminarse y debe cortarse todo lo defectuoso que ha crecido demás, para dejar lugar a los rayos sanadores del Sol de justicia... HHD 291.2

Muchos no entienden el propósito para el cual fueron creados. Lo fueron para beneficiar a la humanidad y glorificar a Dios, más bien que para gozar de sí mismos y glorificarse. Dios poda constantemente a su pueblo y corta las ramas que se extienden profusamente, a fin de que lleven frutos para su gloria y no produzcan solamente hojas. Dios nos poda mediante el pesar, las desilusiones y la aflicción, a fin de que disminuya el desarrollo de los rasgos perversos del carácter, y para que los rasgos superiores tengan oportunidad de desarrollarse. Debemos renunciar a los ídolos, debe enternecérsenos la conciencia, las meditaciones de nuestro corazón deben convertirse en espirituales, y todo el carácter debe adquirir simetría.—Joyas de los Testimonios 1:514, 515. HHD 291.3