Hijos e Hijas de Dios

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La verdad triunfará, 28 de septiembre

No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 2 Crónicas 20:15. HHD 280.1

Cada uno de los que invocan el nombre de Cristo tiene una obra que hacer. Una voz procedente del cielo os llama solemnemente al deber. Escuchad esa voz e id a trabajar inmediatamente a cualquier lugar, en cualquier clase de trabajo. ¿Por qué os quedáis allí todo el día ociosos? Hay un trabajo que cada uno de vosotros debe hacer, una labor que requiere vuestras mejores energías. Cada precioso momento de la vida está ligado con algún deber que debéis a Dios o a vuestros semejantes... HHD 280.2

Queda todavía por hacer una gran obra para salvar a las almas. Cada ángel glorioso está empeñado en esta obra, mientras que se opone a ella todo demonio de las tinieblas. Cristo nos ha demostrado el gran valor de las almas al venir con el atesorado amor de la eternidad en su corazón, ofreciendo hacer al hombre heredero de toda su riqueza. Nos revela el amor del Padre por la especie culpable, y nos lo presenta como justo y justificador del que cree.—Testimonies on Sabbath School Work, 4, 42. HHD 280.3

Hay muchos que están en las filas de los enemigos de la verdad, a quienes debemos hacer frente en nuestra obra de presentar la luz a otros. Nuestra esperanza no reside en nuestro conocimiento de la verdad, ni en nuestra propia capacidad, sino en el Dios viviente... La gloria de Dios se halla comprometida. Y debiera realizarse un esfuerzo definido, en lo que al hombre atañe, y una fe viviente en que el poderoso Dios ha de manifestar su poder, o de otra manera todo fracasará. Dios derrotó a los enemigos de Israel. El desbarató sus ejércitos. Huían sin saber de quién. ¿Quién puede resistir en la presencia del Señor Dios de Israel?—The Review and Herald, 10 de mayo de 1887. HHD 280.4