Hijos e Hijas de Dios

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Guía a la verdad, 23 de enero

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Juan 16:13. HHD 31.1

Todo siervo de Dios ha de ser guiado por el Espíritu Santo. No está en el hombre dirigir sus pasos. Nuestra senda, por tortuosa que parezca, es señalada por el Señor y en ella debemos andar.—Manuscrito 42, 1901. HHD 31.2

Cristo ha hecho provisión para que su iglesia sea un cuerpo transformado, iluminado por la luz del cielo, poseedor de la gloria de Emmanuel. Es su propósito que cada cristiano esté rodeado de una atmósfera espiritual de luz y paz. No hay límite para la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, deja que el Espíritu Santo obre en su corazón y vive una vida plenamente consagrada a Dios... HHD 31.3

A nosotros hoy, tan ciertamente como a los primeros discípulos, nos pertenece la promesa del Espíritu. Dios dotará a los hombres y las mujeres con el poder de lo alto, como invistió a los que en el día de Pentecostés oyeron las palabras de salvación. En este mismo momento su Espíritu y su gracia están a disposición de los que los necesitan y quieren creer en la Palabra del Señor.—Testimonies for the Church 8:18-20. HHD 31.4

Enseñad a vuestros hijos que es privilegio suyo recibir cada día el bautismo del Espíritu Santo.—Conducción del Niño, 66. HHD 31.5

Los que estén bajo la influencia del Espíritu de Dios no serán fanáticos, sino serenos y firmes, libres de extravagancias en pensamientos, palabras o acciones. En medio de la confusión de doctrinas engañosas, el Espíritu de Dios será un guía y escudo para aquellos que no hayan resistido las evidencias de la verdad, y hayan acallado toda otra voz que la de Aquel que es la verdad.—Obreros Evangélicos, 306. HHD 31.6