Hijos e Hijas de Dios

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Somos la luz del mundo, 26 de septiembre

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Mateo 5:14. HHD 278.1

Sólo discerniremos y daremos su justo valor a nuestro deber, cuando lo miremos a la luz que irradia de la vida de Cristo. De la misma manera como el sol se levanta en el este y cruza el cielo hacia el oeste, llenando el mundo de luz, así el verdadero seguidor de Cristo será una luz en el mundo. Saldrá al mundo a semejanza de una luz brillante y clara, para que los que están en tinieblas puedan ser alumbrados y puedan recibir el calor de los rayos que proceden de él. Cristo dice de sus seguidores: “Vosotros sois la luz del mundo”.—The Review and Herald, 15 de diciembre de 1894. HHD 278.2

Los que no trabajan guiados por la esperanza, se mantienen bajo una nube de duda. El enemigo todavía no ha muerto, y cuanto más nos acerquemos al final de la historia de esta tierra, más se empeñarán los agentes satánicos para mantener a las almas bajo una nube de duda con el propósito de que la luz celestial no se exprese ni en palabras ni en actos, llevando así esperanza, gozo y ánimo a otros... HHD 278.3

El mundo está lleno de premura y chasco. A vosotros se dirigen las palabras: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Las palabras que se hablan en favor de la verdad, dichas con la seguridad que nace de la buena intención, con una alegre esperanza y provenientes de un corazón puro, son palabras que regocijarán a los ángeles. Quiera el Señor disponernos espiritualmente para que podamos ver realizarse sus planes en nuestra vida. Hemos de ser colaboradores con Dios para cumplir la obra que él quisiera que se haga. Dondequiera estemos, hemos de reflejar la luz.—Carta 348, 1908. HHD 278.4