Hijos e Hijas de Dios

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El fundamento de la iglesia, 12 de septiembre

Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Isaías 32:17. HHD 264.1

“Por sus frutos los conoceréis”. El adorno interior de un espíritu manso y tranquilo es inapreciable. En la vida del verdadero cristiano el adorno exterior está siempre en armonía con la paz y la santidad interiores. De manera que la iglesia se fundamentará sobre la virtud de sus miembros. El pueblo de Dios ha de mostrar una fe constante e inamovible. La Biblia es su norma. Ricas corrientes de gracia celestial los iluminarán, y ellos a su vez las impartirán a otros. La verdad ha de proclamarse con toda su fuerza. Los que hacen fielmente esa obra, y guardan los mandamientos de Dios en hecho y en verdad, serán considerados colaboradores de Dios. HHD 264.2

“Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre”. Desde el comienzo hasta el fin de la historia de la iglesia, Cristo significará para ella todo lo que esas palabras expresan, si ésta presta atención a la invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Cristo es para su pueblo fortaleza y eficiencia, poder, sabiduría y santidad.—General Conference Bulletin, 162 (1900). HHD 264.3

Si os sometéis a los requerimientos de Dios, y llegáis a empaparos de su amor, y llenaros de su plenitud, los niños, los jóvenes y los nuevos discípulos os observarán para formarse un concepto de lo que es la piedad práctica; y así podréis ser los instrumentos para guiarlos en la senda de la obediencia a Dios.—The Review and Herald, 16 de octubre de 1888. HHD 264.4