Hijos e Hijas de Dios

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Dios nos llena de su amor, 9 de septiembre

Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar. Lucas 5:38. HHD 261.1

Debiéramos tratar fervientemente de conocer y apreciar la verdad, para poder presentarla a otros tal cual es en Jesús. Necesitamos tener una estimación correcta del valor de nuestras propias almas; tampoco debiéramos ser tan descuidados como lo fuimos hasta el presente con respecto a nuestro proceder. Debiéramos tratar más fervorosamente de conocer el camino de Dios;... y nuestra constante oración debiera ser que tengamos el sentir de Cristo de manera que podamos ser moldeados y formados de acuerdo con su semejanza. Al mirar a Jesús y contemplar su amor, teniendo nuestros ojos fijos en él, nos transformamos a su imagen. El otorgará su gracia a todo el que guarda su camino, hace su voluntad y camina en la verdad... ¡El fin está cerca! ¡No tenemos ni un momento que perder! Del pueblo de Dios ha de emanar luz que emita rayos claros, distintos, que presenten a Jesús ante las iglesias y ante el mundo... Los instrumentos que han de usarse son aquellas almas que alegremente reciben la luz de la verdad que Dios les comunica. Estas llegan a ser instrumentos divinos para comunicar el conocimiento de la verdad al mundo. Si mediante la gracia de Cristo su pueblo se transforma en recipientes nuevos, él los llenará con vino nuevo. Dios concederá luz adicional y se recuperarán verdades antiguas, que serán repuestas en el armazón de la verdad, y dondequiera vayan los obreros, triunfarán. Como embajadores de Cristo, han de escudriñar las Escrituras para investigar las verdades que se hallan ocultas bajo los escombros del error. Y han de comunicar a otros cada rayo de luz que reciban. Habrá un solo interés prevaleciente, un solo propósito que absorberá todos los demás: Cristo, justicia nuestra.—The Review and Herald, 23 de diciembre de 1890. HHD 261.2