Hijos e Hijas de Dios

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Fieles en lo poco y en lo mucho, 3 de septiembre

El que esfiel en lo muy poco, también en lo más esfiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Lucas 16:10. HHD 255.1

Muchos admiran el río profundo y ancho que se encamina majestuosamente hacia el océano. Es digno de admiración, porque realiza la obra que le ha sido señalada. Pero, ¿qué diremos de los millares de riachos que vienen de la montaña y que ayudan a engrosar esa noble corriente? Es verdad que son pequeños y angostos; pero son indispensables, porque sin ellos el río no existiría. Al fertilizar la tierra realizan la obra que les fue asignada. La vegetación que bordea sus riberas traza su paso a través de los campos y las praderas. Así cumplen ellos con el plan divino y contribuyen a la prosperidad del mundo. El poderoso río ha cavado para sí un lecho a través de las colinas eternas; pero en su radio de acción el arroyo es tan necesario como el río... HHD 255.2

Cada miembro es responsable individualmente por la prosperidad de la iglesia. El mundo está lleno de trabajo que el Maestro espera que realicemos para él. Cada día trae consigo su carga de cuidados y responsabilidad; y con uno solo que descuide el trabajo que se le asignó, los intereses sagrados sufren.—The Review and Herald, 6 de enero de 1885. HHD 255.3

La atención concienzuda a las cosas que el mundo denomina pequeñas constituye la gran belleza y el éxito de la vida. Los pequeños actos de amor, las pequeñas palabras bondadosas, los pequeños actos de abnegación, el sabio aprovechamiento de las pequeñas oportunidades, la diligente cultura de los pequeños talentos engrandecen a los hombres a la vista de Dios.—The Youth’s Instructor, 21 de abril de 1898. HHD 255.4

La bondadosa cortesía que, comenzando en nuestra familia, se extiende fuera del círculo del hogar, ayuda a alcanzar la suma de la felicidad de la vida.—Testimonies for the Church 3:539, 540. HHD 255.5