Hijos e Hijas de Dios

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No la soltemos nunca, 29 de agosto

Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. Mateo 10:38. HHD 250.1

Mirad al Calvario hasta que vuestro corazón se derrita ante el admirable amor del Hijo de Dios. No dejó nada por hacer para que el hombre pudiera ser elevado y purificado. Y, ¿no lo confesaremos? ¿Degradará a quien la reciba la religión de Cristo? No; no habrá degradación al seguir en las pisadas del Hombre del Calvario. Día tras día sentémonos a los pies de Jesús y aprendamos de él, para que nuestra conversación, nuestra conducta, nuestra vestimenta y en todos nuestros asuntos, podamos revelar el hecho de que Jesús nos dirige y reina sobre nosotros. Dios nos llama para que caminemos en una senda que ha sido trazada para los redimidos por el Señor; no hemos de andar en el mundo. Debemos rendir todo a Dios, y confesar a Cristo en presencia de los hombres... HHD 250.2

“El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará”. Día tras día debemos negarnos a nosotros mismos, y levantar la cruz y seguir en las pisadas del Maestro... HHD 250.3

Me alegro de que no se haya terminado el día de prueba. Caigamos en la Roca y quebrantémonos en el nombre de Jesucristo. Confesemos a Cristo ante los demás mediante la mansedumbre, el amor, la conversación santa y un espíritu compasivo. ¡Oh, que lleguemos a la situación en que él pueda revelar su gloria como la reveló en Jerusalén cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre el pueblo!—The Review and Herald, 10 de mayo de 1892. HHD 250.4