Hijos e Hijas de Dios

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No nos gloriemos en las riquezas, 15 de agosto

Ni el rico se alabe en sus riquezas. Jeremías 9:23. HHD 236.1

El rico no debe gloriarse en sus riquezas. Si fijamos nuestra atención en las cosas terrenales, dejaremos de exaltar a Cristo. Satanás tratará de mantener nuestra mente absorbida con las cosas de esta vida, para que perdamos de vista la vida superior; pero no podemos permitir que sus engaños nos subyuguen. Cristo es la Fuente de toda bendición, ya sea temporal o espiritual. Si nos ha dado riquezas, no es para que las reclamemos como nuestras. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladrones minan y hurtan; mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan y hurtan”. Pablo consideraba todo como perdido para poder ganar a Cristo. Pero cuando el Salvador pide nuestras posesiones y nuestro servicio, muchos ven que no pueden obedecer a Dios y llevar sus tesoros terrenales con ellos, y deciden permanecer con sus tesoros... HHD 236.2

¿Cómo pueden los que esperan estar de pie en torno al trono de Cristo, y ser revestidos con su justicia, desconfiar de Dios y temer que los abandonará a la necesidad? ¿Dónde está la fe? Nuestro Padre celestial alimenta a los cuervos, ¿no nos alimentará mucho más a nosotros?... Si tenemos una correcta visión de Cristo, no permitiremos que nada se interponga entre nosotros y él... Los que estudien para ver cuán cerca pueden vivir del mundo y ganar aun el cielo, llegarán lo suficientemente cerca para ser echados del cielo. Debemos aceptar la parte de sufrimiento que nos corresponde en la religión, si queremos sentarnos en su trono con el que sufrió.—The Review and Herald, 15 de marzo de 1887. HHD 236.3