Hijos e Hijas de Dios

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No debemos vacilar, 22 de julio

Pero pida confe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. Santiago 1:6. HHD 212.1

Algunos hombres no tienen firmeza de carácter. Son como una bola de masilla a la cual se puede apretar y dársele cualquier forma concebible... Esta debilidad, esta indecisión e ineficiencia deben ser vencidas. Hay algo de indomable en el carácter del verdadero cristiano que no puede ser modelado ni subyugado por las circunstancias adversas. Los hombres deben tener una columna vertebral moral, una integridad que no vacile frente a la adulación, ni al cohecho ni al terror.—Testimonies for the Church 5:297. HHD 212.2

Tenemos un enemigo poderoso... Cuando los hombres se entregan para ser esclavos de Satanás, no les manifiesta la enemistad que revela hacia los que llevan el nombre de Cristo, y se entregan al servicio de Dios. Los odia con odio mortal. Sabe que hiere a Jesús al atraerlos bajo el poder de sus engaños, al herirlos, al debilitar su fe... Satanás concederá cierto grado de tranquilidad a los que están encadenados como esclavos a su carro, porque son sus cautivos voluntarios; pero su enemistad se enciende cuando el mensaje de misericordia llega a esos esclavos maniatados, y cuando ellos tratan de librarse de su poder, para estar en condiciones de seguir al verdadero Pastor... El conflicto entre el alma y Satanás principia cuando el cautivo comienza a dar tirones de la cadena, y anhela ser libre; porque entonces el instrumento humano empieza a cooperar con las inteligencias celestiales, entonces la fe se aferra de Cristo.—The Youth’s Instructor, 10 de mayo de 1894. HHD 212.3

Mientras naveguemos de acuerdo con la corriente del mundo, no necesitaremos ni velas ni remos. Nuestro trabajo comienza sólo cuando damos media vuelta y empezamos a navegar contra la corriente.—Testimonies for the Church 6:129. HHD 212.4