Hijos e Hijas de Dios

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La honestidad, 27 de junio

Procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres. 2 Corintios 8:21. HHD 187.1

En todas nuestras transacciones comerciales debemos dejar que la luz resplandezca decididamente. No debe haber prácticas dudosas. Todo debe ser hecho con estricta integridad. Consentid mejor en perder algo financieramente que en ganar algunos centavos mediante procedimientos objetables. No perderemos nada al final si obramos correctamente. Debemos vivir la ley de Dios en nuestro mundo, y perfeccionar un carácter de acuerdo con la similitud divina. Todos los negocios, ya sea con aquellos que tienen nuestra fe como con los que no la profesan, deben ser realizados de acuerdo con principios claros y rectos. Todo debe verse a la luz de la ley de Dios. Todo debe realizarse sin fraude, sin duplicidad, sin una mancha de engaño.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1158. HHD 187.2

Por un manto babilónico y un miserable tesoro de oro y plata, Acán consintió en venderse al mal, trayendo sobre su alma la maldición de Dios, perdiendo su título a una rica posesión en Canaán, y toda la perspectiva de una futura herencia inmortal en la tierra nueva. ¡Realmente pagó un precio terrible por su ganancia mal avenida!—The Signs of the Times, 5 de mayo de 1881. HHD 187.3

Obrad honrada y correctamente en este mundo malo. Algunos serán honrados cuando vean que la honradez no pone en peligro sus intereses mundanales; pero todos los que obren de acuerdo con este principio verán que sus nombres serán borrados del libro de la vida. HHD 187.4

La estricta honradez debe ser cultivada. Pasamos por el mundo sólo una vez. No podemos retroceder para rectificar ningún error. Por lo tanto debiéramos actuar siempre con temor de Dios y cuidadosa consideración.—The Review and Herald, 29 de diciembre de 1896. HHD 187.5