La Educación Cristiana

21/201

Los clásicos

En los colegios y universidades millares de jóvenes dedican buena parte de los mejores años de su vida al estudio del griego y del latín. Y mientras están empeñados en sus estudios, la mente y el carácter se amoldan según los malos sentimientos de la literatura pagana, cuya lectura es generalmente considerada como parte esencial del estudio de estos idiomas. ECR 74.4

Los que se han familiarizado con los clásicos declaran que “las tragedias griegas están llenas de incestos, muertes, y sacrificios humanos hechos a dioses sensuales y vengativos”. Mucho mejor sería para el mundo que se prescindiera de la educación conseguida de semejantes fuentes. “¿Andará el hombre sobre las brasas, sin que sus pies se abrasen?” Proverbios 6:28. “¿Quién hará limpio de inmundo? Nadie”. Job 14:4. ¿Podemos esperar entonces que la juventud desarrolle un carácter cristiano mientras que su educación es amoldada por la enseñanza de los que hacen mofa de los principios de la ley de Dios? ECR 74.5

Al hacer a un lado toda restricción, y al sumirse en diversiones desvergonzadas, en disipaciones y vicios, los estudiantes no hacen sino seguir el ejemplo puesto ante sus inteligencias por estos estudios. Hay carreras en que el conocimiento del griego y del latín es necesario. Hay algunos que tienen que estudias estos idiomas. Pero el conocimiento de ellos, indispensable para fines prácticos, puede adquirirse sin el estudio de una literatura corrompida y corruptora. ECR 75.1

El conocimiento del griego y del latín no es de necesidad para muchos. El estudio de idiomas muertos debería ser pospuesto al estudio de temas que enseñen a hacer uso provechoso de todas las facultades del cuerpo y de la mente. Es locura para los estudiantes gastar tiempo en el estudio de idiomas muertos o en el conocimiento de libros en cualquier ramo, en menoscabo de una preparación para las obligaciones de la vida práctica. ECR 75.2

¿Qué llevan consigo los estudiantes al salir de la escuela? ¿Adónde van? ¿Qué van a hacer? ¿Tienen el caudal de conocimientos necesarios para enseñar a otros? ¿Han sido educados para ser buenos padres y madres de familia? ¿Pueden ponerse a la cabeza de un hogar como maestros entendidos? La única educación digna de este nombre es la que induce a los jóvenes y a las jóvenes a ser buenos cristianos, la que los habilita para cargar con las responsabilidades de la vida, y para guiar a sus familias. Esta educación no se adquiere en el estudio de los clásicos paganos. ... ECR 75.3