La Educación Cristiana

19/201

Autores incrédulos

Para conseguir una educación, muchos creen necesario estudiar los escritos de autores incrédulos, porque dichas obras encierran brillantes perlas del pensamiento. Pero, ¿quién fué el que creó estas perlas? Fué Dios, y Dios solo. El es la fuente de toda luz. ¿Por qué entonces internarnos dentro de ese fárrago de errores encerrados en las obras de los incrédulos por causa de unas cuantas verdades intelectuales, cuando toda la verdad está a nuestra disposición? ECR 71.4

¿Cómo es que hombres que están en guerra con el gobierno de Dios llegan a poseer la sabiduría de que a veces hacen gala? Satanás mismo fué educado en las aulas celestiales, y tiene conocimiento tanto del bien como del mal. Sabe mezclar lo precioso con lo vil, y esto es lo que le da el poder de engañar. Pero porque Satanás se haya revestido de esplendor celestial, ¿lo habremos de recibir como ángel de luz? El tentador tiene sus agentes, educados según sus métodos, inspirados por su espíritu, e idóneos para su obra. ¿Cooperaremos nosotros con ellos? ¿Recibiremos las obras de sus agentes como esenciales para que uno se eduque? ECR 72.1

Si el tiempo y los esfuerzos gastados en sacar alguna que otra idea brillante de las enseñanzas de los incrédulos se dedicaran a estudiar las preciosas enseñanzas de la Palabra de Dios, millares que hoy día se encuentran en tinieblas y en sombra de muerte gozarían en la gloria de la Luz de la vida. ECR 72.2