La Educación Cristiana

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Los idiomas extranjeros

Hay entre nosotros quienes, sin el trabajo y la demora de aprender un idioma extranjero, podrían prepararse para proclamar la verdad en otras naciones. En la iglesia primitiva, los misioneros eran dotados milagrosamente de un conocimiento de las lenguas en las cuales debían predicar las inescrutables riquezas de Cristo. Y si entonces Dios estaba dispuesto a ayudar así a sus siervos, ¿podemos dudar de que su bendición descansará sobre nuestros esfuerzos para preparar a los que poseen naturalmente idiomas extranjeros, y que, con el debido estímulo, llevarían a sus compatriotas el conocimiento de la verdad? Podríamos haber tenido más obreros en los campos misioneros del extranjero, si los que entraron en tales campos se hubiesen valido de todo talento que estaba a su alcance. ... ECR 477.2

Puede ser que en algunos casos sea necesario que los jóvenes aprendan idiomas extranjeros. Esto pueden hacerlo con más éxito, si se asocian con la gente al mismo tiempo que dedican parte de cada día a estudiar el idioma. Esto debe hacerse, sin embargo, solamente como un paso preparatorio necesario para educar a los que están ya en el campo misionero y que, con la debida preparación, pueden llegar a ser obreros. Es esencial que se insista para que entren en el servicio aquellos que pueden hablar en su lengua materna a los habitantes de diferentes naciones. Es una gran empresa para un hombre de edad madura aprender un idioma extranjero; y a pesar de todos sus esfuerzos le resultará casi imposible hablarlo tan fácil y correctamente como para llegar a ser un obrero eficiente. ECR 477.3