La Educación Cristiana
Capítulo 60—Palabras a los estudiantes
Toda alma está rodeada de una atmósfera peculiar a cada individuo. Esta atmósfera puede estar llena de una exhalación espiritual malsana que envenene los principios de la justicia. Pero al asociarnos con otros, no nos serán necesarios días o semanas para convencernos de si la atmósfera del espíritu es de Cristo o de Satanás. La influencia de la compañía no es jamás tan potente como en la vida escolar; pero el alumno que vaya a la escuela o colegio con el ardiente deseo de ser una ayuda y una bendición para sus compañeros, cuidará de ejercer la debida influencia y buscará compañeros que se unan con él en el cultivo de costumbres y principios correctos. ECR 422.1
Los alumnos debieran sentir su responsabilidad en hacer de su vida escolar un éxito. Debieran encaminar todo esfuerzo en la dirección debida, de modo que no chasqueen a sus padres o tutores, que trabajan arduamente para tenerlos en la escuela o colegio y que sienten profunda ansiedad por su bienestar presente y eterno. Los alumnos debieran hacer la decisión de alcanzar una calificación de la cual no se avergüencen en el día del juicio. Un alumno circunspecto en su conducta, a quien las malas influencias no lo inclinen a la una o la otra parte, ejercerá un poder restrictivo sobre aquellos que en la escuela o colegio se complacen en exhibir su independencia y entregarse a deportes impíos, desobedeciendo los reglamentos y llenando además de tristeza y desaliento el corazón de sus profesores. ECR 422.2
La vida es un problema que debemos resolver individualmente por nosotros mismos. Nadie puede formar un carácter para otro; cada uno de nosotros tiene una parte que hacer en cuanto a decidir su propio destino. Somos agentes de Dios libres y responsables, y cada uno tiene que llevar a cabo la obra de su propia salvación con temor y temblor mientras Dios obra en él el querer y el hacer conforme a su buena voluntad. Los alumnos pueden hacer lo bueno o lo malo; pero “lo que el hombre sembrare, eso también segará”. ECR 422.3
Estamos individualmente a prueba bajo el examen de Dios. Las inteligencias celestiales están todas alistadas con el fin de ayudar a cada alma que sea atraída a Jesús, y todo aquel que lo ama verdaderamente cooperará con los agentes celestiales en procurar arrancar a las almas de aquello que es insensato, bajo y frívolo. Los seguidores de Cristo no trabajarán en favor de Satanás con el fin de debilitar la fe en la religión verdadera, de depravar a otros, esparciendo a su alrededor una atmósfera ruinosa para las costumbres y para el carácter. Con todo, nos apena decir que hasta en nuestras escuelas y colegios hay personas que son cristianas solamente de nombre. No será necesaria una larga familiaridad con esos profesos para convencerse de que son, y con éxito, agentes de Satanás. Hay en nuestras escuelas y colegios personas de corazón corrompido que tienen, no obstante, un agradable donaire y alcanzan éxito en fascinar a cierta clase de gente; y antes de que los incautos se percaten de ello, la influencia de esas personas ha cambiado sus sentimientos y los ha modelado de acuerdo con el carácter censurable de esas personas corrompidas. Pero los que llevan la vestidura del cristianismo y son, no obstante, gobernados por las costumbres y doctrinas del mundo, son corruptores morales. Pretenden buscar los tesoros celestiales, pero la atmósfera que rodea sus almas está cargada de miasmas espirituales mortíferos, por lo que debieran ser esquivados por los que quieren permanecer sin mancha del mundo. ECR 423.1
El joven que posea discernimiento puede en seguida percibir qué clase de personas son éstas, aun cuando no pretenda profesar el cristianismo; pues sabe que no son semejantes a Cristo. Pero ¿ha de permitir que sean piedras de tropiezo para él? Tiene un Libro guía que describe a aquellos que están de parte del Señor. Si sabe que su proceder es incompatible con una profesión del cristianismo; si comprende lo que significa llevar una vida piadosa, será hecho responsable por la luz y conocimiento que posee. Será responsable en cuanto a hacer la voluntad del Maestro, en cuanto a mostrar al mundo lo que constituye el verdadero concepto del cristianismo, esto es, lo que es tener una vida y carácter semejantes a Cristo. ECR 423.2
Tenemos un poderoso enemigo, quien no sólo aborrece a todo ser humano hecho a la imagen de Dios, sino que con la enemistad más amarga aborrece a Dios y a Jesucristo su Hijo unigénito. Cuando los hombres se entregan a sí mismos como esclavos de Satanás, éste no manifiesta hacia ellos la enemistad que evidencia contra los que llevan el nombre de Cristo y se dan a sí mismos al servicio de Dios. A éstos los odia con un odio mortal. Sabe que puede contristar a Jesús con sujetarlos al poder de sus engaños, con hacerles daño, con debilitar su fe, con incapacitarlos para servir a Dios como se les exige hacerlo bajo su Capitán Jesucristo. Satanás consiente en que gocen de cierta medida de tranquilidad los que están atados a su carro como esclavos pues son sus cautivos voluntarios; pero se despierta su enemistad cuando los alcanza el mensaje de misericordia, y ellos procuran zafarse de su poder a fin de seguir al verdadero Pastor. Es entonces cuando trata de atarlos con cadenas adicionales para mantenerlos en su cautiverio. El conflicto entre el alma y Satanás comienza cuando el cautivo empieza a forcejear en la cadena y suspira por verse libre; pues el agente humano principia a cooperar con las inteligencias celestiales cuando la fe se aferra de Cristo. Es entonces cuando el Poderoso sobre todos los guerreros llega a ser el auxiliador del alma y el pobre cautivo es fortalecido por el Espíritu Santo para conseguir su libertad. ECR 424.1
Dios tiene un profundo y ardiente amor por cada miembro de la familia humana; nadie es olvidado ni dejado sin amparo y engañado de modo que el enemigo lo venza. Y si aquellos que se han alistado en el ejército de Cristo quieren vestirse de toda armadura de Dios y hacer uso de ella, estarán a cubierto de todos los asaltos del enemigo. Los que en realidad desean ser enseñados por Dios y andar en sus caminos, tienen la segura promesa de que si sienten su falta de sabiduría y la piden a Dios, él se la dará abundantemente y no les zaherirá por ello. El apóstol dice: “Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante a la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte a otra. No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos”. Dios responde por cada promesa y con nada podemos deshonrarle más que con dudar y vacilar, con pedir y no creer, y más tarde con dar expresión a la duda. Si no recibís inmediatamente lo que pedís, ¿habéis de andar enfadados y de ser incrédulos? Creed, creed que Dios hará lo que ha prometido. Sigan ascendiendo vuestras oraciones y velad, trabajad y esperad. Pelead la buena batalla de la fe. Decid a vuestro corazón: “Dios me ha invitado a venir a él. Ha oído mi oración. Ha empeñado su palabra prometiendo recibirme y él cumplirá su promesa. Puedo confiar en Dios, porque de tal manera me amó que dió a su Hijo unigénito para que muriese por mí. El Hijo de Dios es mi Redentor”. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidieren de él?” ECR 424.2
Los jóvenes que empiezan y prosiguen la vida escolar con el verdadero objeto en vista, no se sentirán nostálgicos o desilusionados. No estarán intranquilos e incómodos sin saber qué hacer consigo mismos. Hallarán en el Omnipotente un ayudador. Tendrán un propósito en vista, y éste será el de ser hombres y mujeres de principios, que alcancen la norma establecida por Dios, beneficien a la humanidad y glorifiquen a Dios. No considerarán su vida escolar como ocasión para buscar placeres, diversiones ociosas y extravagantes locuras, sino que se empeñarán en sacar el mayor provecho de las oportunidades y privilegios que Dios les concede, de modo que no chasqueen a sus padres y maestros o contristen a Dios y los seres celestiales. ECR 425.1
Solemne cosa es morir; pero cosa aún más solemne es vivir y formar un carácter que nos habilite para ingresar en la escuela de los celestes atrios en lo alto. Estamos viviendo en tierra enemiga, y hemos de esperar dificultades y conflictos. Los jóvenes han de ser capaces de soportar penalidades como buenos soldados de Jesucristo. No es lo mejor que se haga su sendero perfectamente llano y fácil, que se les suministre dinero y no se les enseñe a sentir la necesidad de practicar la abnegación y la economía. ECR 426.1
Cuando un joven llega a la conclusión de que necesita una educación, debiera considerar cuidadosamente cuál es el móvil que lo lleva al colegio. Debiera preguntarse a sí mismo: ¿Cómo podría yo emplear el tiempo mejor a fin de cosechar todo el beneficio posible de mis oportunidades y privilegios? ¿He de ponerme toda la armadura de Dios, la cual me ha sido provista por el don del unigénito Hijo de Dios? ¿He de abrir mi corazón al Espíritu Santo a fin de que se despierte cada una de las facultades y energías que Dios me ha confiado? ¿Pertenezco a Cristo y estoy ocupado en su servicio? ¿Soy un dispensador de su gracia? ECR 426.2
Aun cuando—según vuestro juicio humano—algunos de los que profesan el cristianismo no estén a la altura de vuestro concepto del carácter cristiano, no debierais contristar el corazón de Cristo llevando una vida incompatible con vuestra profesión; pues otros están en peligro de ser influidos por vuestro proceder incorrecto. Estáis luchando por la corona de la vida, y no debéis daros por satisfechos con alcanzar una baja norma. ECR 426.3
El Señor no acepta un trabajo hecho a medias; no debe haber de vuestra parte equivocaciones en la sagrada obra de Dios. No confiéis en vosotros mismos; antes bien someted a Dios vuestra voluntad, vuestras ideas y vuestros caminos y haced solamente su voluntad. Vivid para agradar a Aquel que os tuvo en tan grande estima que dió a Jesús, su Hijo unigénito, para salvaros de vuestros pecados. Por sus méritos seréis aceptos. En vuestra vida escolar, tened presente el pensamiento de que aquello que valga la pena hacer, es digno de que se haga bien. Confiad en Dios por sabiduría a fin de que no desaniméis a ningún alma en hacer lo bueno. Trabajad con Cristo en atraer hacia él las almas. Pero nada adelantaréis si, mientras condenáis la tibieza de los demás y señaláis sus errores, fracasáis como ellos, por no haberos puesto de parte de lo justo y de lo leal. Aun cuando las reglas y disposiciones parezcan innecesariamente gravosas, sed obedientes a ellas, porque vosotros podéis errar en vuestra experiencia. Haced lo mejor que podáis en cualquier cosa que emprendiereis. Jesús es vuestro Salvador; fiaos de él para que os ayude de día en día, y no sembréis cizaña sino la buena simiente del reino. ECR 426.4
“La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso: mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso”. Como estudiantes, debéis aprender a ver con el cerebro lo mismo que con los ojos. Debéis educar vuestro criterio de modo que no sea débil e ineficiente. Debéis orar por dirección y encomendar vuestro camino al Señor. Debéis cerrar vuestro corazón a las insensateces y al pecado y abrirlo en cambio a toda influencia celestial. Debéis sacar el mayor provecho de vuestro tiempo y oportunidades a fin de desarrollar un carácter simétrico. No podéis albergar chistes, tonterías e indolencias si imitáis al modelo, Cristo Jesús, y diariamente llegáis a ser más entendidos en cuanto a lo que debéis hacer para ser salvos. ECR 427.1
Jóvenes estudiantes, vuestra vida no puede ser gobernada por los impulsos, sin que sobrevenga un completo fracaso como resultado. No podéis seguir vuestras inclinaciones naturales, sin que tengáis que afrontar una gran pérdida. Si queréis andar con seguridad, tenéis que guardar el camino del Señor. Vuestro entendimiento tiene que ser refinado y purificado; tenéis que obrar de acuerdo con el plan de Dios o, de otra suerte, no tendréis éxito. Debéis estar siempre creciendo y adelantando en gracia y conocimiento. No podréis hacer nada aceptable en vuestra vida estudiantil, si no adoptáis hábitos de sistema y de orden. El trabajar al acaso acarreará un fracaso seguro. ECR 427.2
Tenéis que estudiar cuidadosamente la cuestión de las diversiones. Haceos la pregunta: ¿Cuál es la influencia de las diversiones sobre la mente y el carácter y sobre la obra que he venido a hacer? ¿Qué relación tiene la cuestión de las diversiones con mi vida religiosa, sobre mi carácter de cristiano? Los juegos en que participáis ¿os predisponen para ocuparos en la oración y en el servicio de Dios? ¿Os ayudan a poner igual suma de celo y ardor en la obra del Señor que la que demostráis en ellos? Esas diversiones a que os entregasteis ¿no absorbieron vuestro interés a tal punto que no podíais añadir todo el fervor que debíais al estudio de vuestras lecciones? ¿Cuál ha de tener la supremacía: el servicio de Dios o el servicio del yo? Examine cada estudiante el terreno en que pisa. ECR 428.1
Queridos jóvenes, estáis decidiendo ahora vuestro destino eterno. Debéis aplicar esfuerzo persistente a vuestra vida cristiana si queréis perfeccionar un carácter recto. Si tenéis una experiencia religiosa sin desarrollo, débil e infantil, será para vuestra perdición eterna. Tenemos que estar “cumplidos en él”. “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él”. Esto significa que tenéis que estudiar la vida de Cristo. Tenéis que estudiarla con tanto más fervor que el que ponéis en el estudio de las materias comunes del saber cuanto que los intereses eternos son más importantes que las investigaciones temporales, terrenas. Si apreciáis el valor y el carácter sagrado de las cosas eternas, aportaréis vuestros pensamientos más agudos, vuestras mejores energías para la solución del problema que comprende vuestro eterno bienestar; pues cualquier otro interés desaparece por insignificante en comparación con aquél. ECR 428.2
Tenéis el modelo: Cristo Jesús. Andad en sus pisadas y estaréis capacitados para ocupar cualquier puesto que se os llame a desempeñar. Seréis “arraigados en él, y edificados sobre él, y hechos estables en la fe, así como fuisteis enseñados, y abundando en acciones de gracias”. No debéis sentir que sois esclavos, sino hijos de Dios; que sois grandemente favorecidos por el hecho de que se os ha estimado de tan grande valía que Dios os ha hecho suyos pagando un rescate infinito por vuestra libertad. Dice Jesús: “Yo no os llamo siervos, ... mas os he llamado amigos”. Cuando apreciéis su maravilloso amor, el amor y la gratitud serán en vuestro corazón como una emanación de gozo. ECR 429.1
No aceptéis la adulación, ni aun en vuestra vida religiosa. La adulación es un arte por medio del cual Satanás está al acecho para engañar al agente humano y hacerlo ensoberbecerse con elevados conceptos de sí mismo. “Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo”. La adulación ha sido el alimento con que se ha nutrido a muchos de nuestros jóvenes y aquellos que los alabaron y adularon creyeron que procedían bien; pero han hecho mal. La alabanza, la adulación y la indulgencia han hecho más en el sentido de llevar almas preciosas a senderos falsos, que cualquier otro arte inventado por Satanás. ECR 429.2
La adulación forma parte del sistema del mundo; pero no del de Cristo. Mediante la adulación, algunos pobres seres humanos, llenos de flaquezas y enfermedades, llegan a creer que son eficientes y meritorios y se ensoberbecen en su mente carnal. Se envenenan con la idea de que poseen aptitudes que superan a las que en realidad tienen, y en consecuencia se desequilibra su experiencia religiosa. Perderán sus almas a menos que por la providencia de Dios se vuelvan de esos engaños, se conviertan y aprendan el A B C de la religión en la escuela de Cristo. ECR 429.3
Muchos jóvenes han hecho alarde de poseer aptitudes como un don natural, cuando las aptitudes que creen tener sólo pueden obtenerse por medio de diligente disciplina y cultura, aprendiendo la mansedumbre y humildad de Cristo, creyéndose naturalmente dotados, no consideran necesario entregarse a la tarea de dominar sus lecciones, y antes de que se percaten, se hallan ligados por los lazos de Satanás. Dios permite que sean atacados por el enemigo a fin de que reconozcan su propia flaqueza. Se les permite cometer algún evidente desatino, hundiéndoseles después en dolorosa humillación. Pero cuando agonizan bajo el sentimiento de su propia debilidad, no se les ha de juzgar con aspereza. Ese es el momento, por sobre todos los demás, en que necesitan un consejero juicioso, un verdadero amigo que tenga discernimiento del carácter. Ese es el momento en que necesitan un amigo que esté guiado por el Espíritu de Dios, que proceda fiel y pacientemente con el extraviado y levante el alma que está caída. Esta no ha de ser levantada por medio de la adulación. Nadie está autorizado para echar en el alma ese engañoso veneno de Satanás. Más bien se han de señalar los primeros peldaños de la escalera y los resbalantes pies han de ser colocados en el escalón más bajo de la escalera del progreso. Pedro dice: “Mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia; y en la ciencia templanza, y en la templanza paciencia, y en la paciencia temor de Dios; y en el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad.” Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. ECR 430.1
Anímese al extraviado a ascender paso a paso, peldaño tras peldaño. El esfuerzo podrále ser doloroso; pero superará en mucho a la mejor lección que haya aprendido alguna vez, porque al proceder así, llegará a conocer su propia flaqueza y de esa manera se pondrá en condiciones de evitar en lo futuro los errores de lo pasado. Merced a la ayuda de sabios consejeros, sus derrotas se tornarán en victorias. Pero nadie intente comenzar por la cumbre de la escalera. Empiece cada uno por el peldaño más bajo y suba paso a paso, mediante Cristo, adhiriéndose a Cristo, a la estatura de Cristo. Esta es la única manera de avanzar en dirección al cielo. Nada desvíe la atención de la gran obra que ha de hacerse. En el estudio de la Palabra y voluntad de Dios exíjase el máximo de rendimiento a los pensamientos, las aptitudes y la capacidad mental. El Señor tiene un lugar para la aptitud mejor que haya confiado a los hombres. En la obra de cimentar su reino, podemos emplear cada una de las aptitudes que Dios nos ha dado con tanta fidelidad y fervor como lo hizo Daniel en Babilonia, quien fué hallado fiel a todos los deberes de un hombre y leal para con su Dios. ECR 430.2
Dios pide mucho más tacto, más sabia táctica que la que sus agentes humanos le han dado en el servicio. Hay necesidad de agudo y santificado pensar y ardoroso trabajo para contrarrestar los ingeniosos planes de Satanás. Se llama a alcanzar una norma más elevada, a desplegar en la obra del Señor un esfuerzo más santo, más resuelto y más abnegado. Se ha de educar a nuestros jóvenes de modo que alcancen la más encumbrada norma, que entiendan que están decidiendo ahora su propio destino eterno. No hay seguridad para nadie si no se tiene en el corazón la verdad tal cual es en Jesús. Esta debe implantarse allí por el Espíritu Santo. Mucho de lo que ahora se llama religión desaparecerá de la vista cuando sea asaltado por las huestes de Satanás. Nada permanecerá sino sólo la verdad, la sabiduría que procede de lo alto y que ha de santificar el alma. ECR 431.1
No se imagine nadie que la complacencia propia es religión. No se acaricie el egoísmo. Aprendan los jóvenes a refrenar sus deseos y a cuidarse del derroche en el empleo de los recursos. Miren todos a Jesús, contemplen su carácter y sigan en sus pisadas. “Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente: y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad”.—The Youth’s Instructor, 3, 10, 17, (24 de mayo de 1894). Reproducido en Fundamentals of Christian Education, 297-306. ECR 431.2
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“Pues tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga a los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también a otros. Tú pues, sufre trabajos como fiel soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se embaraza en los negocios de la vida; a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y aun también el que lidia, no es coronado si no lidiare legítimamente. El labrador, para recibir los frutos, es menester que trabaje primero. Considera lo que digo; y el Señor te dé entendimiento en todo”. 2 Timoteo 2:1-7. ECR 432.1