La Educación Cristiana

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Capítulo 59—A los docentes y alumnos

A los docentes y alumnos de nuestro colegio de Battle Creek y de todas nuestras instituciones educacionales

Durante la noche, se me han dado mensajes para vosotros los de Battle Creek y para todas nuestras escuelas y colegios. Al paso que Dios quiere que las facultades físicas se disciplinen, así como también las mentales, el ejercicio físico debiera estar, por su carácter, en completa armonía con las lecciones dadas por Jesucristo a sus discípulos. Lo que se da al mundo debiera verse en la vida de los cristianos, de modo que con respecto a la educación y la preparación personal, los seres celestiales no tengan que anotar en los libros del cielo el hecho de que los alumnos y los docentes de nuestras instituciones son “amadores de los placeres, más bien que amadores de Dios”. Esto es lo que se anota ahora respecto de un gran número de ellos. “Amadores de los placeres, más bien que amadores de Dios”. De este modo Satanás y sus ángeles están colocando trampas para vuestras almas y Satanás mismo obra sobre los docentes y los alumnos con el propósito de inducirlos a que se entreguen a ejercicios y diversiones que llegan a ser intensamente dominantes, pero cuyo carácter es tal que fortalece las facultades más bajas y crea apetitos y pasiones que han de asumir la dirección y estorbar de la manera más decidida las acciones y la obra del Espíritu Santo de Dios sobre el corazón humano. ECR 410.1

¿Qué os dice el Espíritu Santo? ¿Cuál fué su poder e influencia sobre vuestros corazones durante el congreso de la Asociación General y los congresos en otros estados? ¿Habéis prestado atención especial en cuanto a vosotros mismos? ¿Han sentido los docentes del colegio que tienen que prestar atención? Si Dios los ha señalado como educadores de los jóvenes, son también “obispos [sobreveedores] del rebaño”. No están en la obra escolar con el fin de idear planes de ejercicios y juegos que formen pugilistas; no están para rebajar las cosas sagradas hasta el nivel de lo profano. ECR 410.2

Yo estaba hablando a los docentes, dirigiéndoles mensajes de reprensión. Todos los docentes necesitan ejercicio, un cambio de ocupación. Dios ha indicado que ese ejercicio lo debiera constituir un trabajo provechoso y práctico; pero os habéis apartado del plan de Dios para seguir invenciones humanas, y ello con detrimento de la vida espiritual. Ni una jota ni un tilde de la influencia posterior de una educación tal os habilitará para hacer frente a los severos conflictos de estos últimos días. ¿Qué clase de educación están recibiendo nuestros docentes y alumnos? ¿Ha ideado y proyectado Dios esta clase de ejercicio para vosotros o la han introducido las invenciones e imaginaciones humanas? ¿Cómo está preparada la mente para el estudio y la meditación, los pensamientos serios y la oración ferviente y contrita que procede de los corazones subyugados por el Santo Espíritu de Dios? “Y como fué en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre”. “Y vió Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. ECR 411.1

El Señor presentó ante mí la necesidad de establecer un colegio en Battle Creek, que no debiera imitar a ningún colegio existente. Debemos tener docentes que guarden sus almas en el amor y temor de Dios. Los docentes tienen que enseñar acerca de cosas espirituales, tienen que preparar un pueblo para estar firme en la penosa crisis que está delante de nosotros; pero ha habido una desviación del plan de Dios en muchas maneras. Las diversiones están haciendo más en el sentido de estorbar la obra del Espíritu Santo que cualquier otra cosa, y el Señor es agraviado. ECR 411.2

“Lavad, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos; dejad de hacer lo malo [pero no os detengáis aquí; id adelante en seguir la luz de la Palabra]; aprended a hacer bien; buscad juicio, restituid al agraviado, oíd en derecho al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dirá Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Os atañe ejercitar el intelecto y tener la oportunidad de hacer ejercicio. “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra”. ECR 411.3

“¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de juicio, en ella habitó equidad; mas ahora, homicidas. Tu plata se ha tornado escorias, tu vino mezclado está con agua. Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones: todos aman las dádivas, y van tras las recompensas: no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda”. ECR 412.1

“Venid, oh casa de Jacob, y caminemos a la luz de Jehová”. “Dejaos del hombre, cuyo hálito está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?” “No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud. Saldrá su espíritu, tornaráse en su tierra: en aquel día perecerán sus pensamientos. Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en Jehová su Dios”. “Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen la carrera de tus caminos”. ECR 412.2

Estoy alarmada por vosotros, los de Battle Creek. Los docentes son muy rigurosos en acusar y castigar a los alumnos que violan los reglamentos más insignificantes, sin mala intención y más bien por negligencia; o se presentan circunstancias cuando un contraventor es tratado como si hubiera faltado gravemente, cuando en realidad no era una falta desviarse de las reglas existentes que no debieran ser mantenidas con inflexibilidad si se las transgrede. Ahora bien; yo pido que vosotros, docentes, consideréis el lugar en que estáis situados, que razonéis y pronunciéis juicio contra vosotros mismos; por cuanto no sólo habéis infringido las reglas sino que habéis sido rígidos y severos con los estudiantes; y lo que es más, existe una controversia entre vosotros y Dios. No os habéis hecho senderos derechos para vuestros pies de modo que el cojo no saliese del camino. Os habéis apartado de las sendas de seguridad. Digo “docentes”; no menciono nombres; esto lo dejo a vuestra conciencia para que ella haga la aplicación. El Señor Dios de Israel ha obrado en medio de vosotros vez tras vez. Habéis tenido grandes evidencias de las pisadas majestuosas del Altísimo. Pero un período de gran luz, de maravillosas revelaciones del Espíritu y poder de Dios, es un período de gran peligro, no sea que la luz no se aproveche. ¿Queréis considerar Jeremías 17:5-10 y 18:12-15? Estáis, con toda seguridad, cayendo bajo la censura de Dios. La luz ha estado brillando con rayos claros e invariables sobre vosotros. ¿Qué ha hecho esta luz por vosotros? Cristo, el Príncipe de los pastores, os contempla con desagrado, y pregunta: “¿Dónde está el rebaño que te fué dado, la grey de tu gloria?” “Por tanto, yo os protesto el día de hoy, que yo soy limpio de la sangre de todos: porque no he rehuido de anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos [sobreveedores], para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre”. “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto”. ECR 412.3

Los docentes que no tienen una experiencia religiosa progresiva, que no aprenden diariamente lecciones en la escuela de Cristo a fin de ser dechados de la grey, sino que aceptan su salario como cosa más importante, no son idóneos para el puesto solemne, terriblemente solemne, que ocupan. Según los pasajes citados, es propio de todos nuestros colegios establecidos como Dios se propuso que lo fueran, esto es, según el orden o ejemplo de las escuelas de los profetas, impartir la clase más elevada de conocimiento, el cual constituye una representación de valiosos principios, y esto sin mezclar la escoria con la plata ni el vino con el agua. Las ideas falsas y las prácticas malsanas leudan lo puro y corrompen lo que siempre debiera conservarse en ese estado y ser mirado por el mundo, por los ángeles y por los hombres como instituciones del Señor, como colegios donde se haga primordial la enseñanza de amar y temer a Dios. “Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el sólo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado”. “Y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey”. ECR 413.1

Que los docentes que profesan ser cristianos aprendan diariamente las lecciones de Cristo en la escuela de Cristo. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Pregunto: ¿Lleva cada educador del colegio el yugo de Cristo o está fabricando sus propios yugos para ponerlos sobre el cuello de otros, yugos que ni ellos mismos llevarían—rígidos, severos, exigentes—y esto cuando ellos mismos se comportan negligentemente con Dios, ofendiéndolo diariamente en asuntos grandes y pequeños y evidenciando en las palabras, en el espíritu y en las acciones, que no son un ejemplo adecuado para los alumnos y que no sienten que están bajo la disciplina del más grande Maestro que el mundo haya conocido? Es necesario que haya una norma más elevada y más santa en el colegio de Battle Creek y en otros colegios que lo han imitado. Las costumbres y prácticas del colegio de Battle Creek pasan a todas las iglesias y las pulsaciones de dicho colegio se sienten por todo el cuerpo de creyentes. ECR 414.1

No forma parte del plan de Dios que se gasten miles de dólares en ampliaciones y agregados en las instituciones de Battle Creek. Ya hay por demás ahora. Tomad esos recursos sobrantes y estableced la obra en regiones necesitadas de otros campos a fin de dar carácter a la obra. He dicho la palabra de Dios en este respecto. Existen razones que muchos no ven y que no estoy en libertad de presentaros ahora; pero os digo en el nombre del Señor que cometeréis un error en añadir edificio a edificio, pues se están concentrando en Battle Creek responsabilidades que son excesivas para un solo sitio. Si estas responsabilidades se dividiesen y se colocasen en otras localidades, sería muchísimo mejor que amontonar tanto en Battle Creek, privando a otros campos desprovistos de las ventajas con que Dios quisiera privilegiarlos. ECR 414.2

Hay demasiados amos en el colegio que quieren gobernar sobre la heredad del Señor. Se manifiesta demasiado poco del espíritu de Cristo y demasiado del yo. Pero los que están bajo el mandato del Espíritu de Dios, bajo el gobierno de Cristo, son ejemplos para el rebaño, y cuando aparezca el Príncipe de los pastores recibirán la corona inmarcesible de gloria. ECR 415.1

“Igualmente, mancebos, sed sujetos a los ancianos; y todos sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Todo vuestro engreimiento produce su resultado natural y os reviste de un carácter que Dios no aprobará ni por un momento. “Sin mí—dice Cristo—nada podéis hacer”. Trabajad y enseñad, trabajad a la manera de Cristo, y entonces no haréis el trabajo mediante vuestra débil capacidad sino que tendréis la cooperación de lo divino combinado con la aptitud humana conferida por Dios. “Echando sobre él todo vuestro cuidado, puesto que él cuida de vosotros. Sed sobrios, sed vigilantes [no en jugar al fútbol ni en aprender los juegos censurables que deberían hacer sonrojar a todo cristiano con mortificación al reflexionar]; vuestro adversario el Diablo, como león rugiente, anda en derredor, buscando a quien devorar”. Sí, está en vuestro patio de recreo mirando vuestras diversiones, cazando a cada alma a quien encuentra sin cautela, sembrando sus semillas en las mentes y rigiendo el humano intelecto. En nombre de Cristo, haced alto en el Colegio de Battle Creek y considerad el efecto que tienen sobre el corazón, el carácter y los principios, esas diversiones copiadas de las costumbres de otros colegios. Habéis estado progresando, invariablemente, en los caminos de los gentiles; y no según el ejemplo de Jesucristo. Satanás está en el terreno del colegio; está presente en cada ejercicio de las aulas. Los alumnos, cuyas mentes se han excitado profundamente en los juegos, no se hallan en la mejor condición para recibir la instrucción, el consejo y la reprensión, que son para ellos de la mayor importancia en esta vida y para la vida inmortal futura. ECR 415.2

La Escritura declara de Daniel y sus compañeros: “Y a estos cuatro muchachos dióles Dios conocimiento e inteligencia en todas letras y ciencia: mas Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños”. ¿De qué manera os estáis preparando para cooperar con Dios? “Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros”. “Resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Estúdiese la alimentación cuidadosamente; no es saludable. Los platos diversos preparados para postres son dañinos en vez de beneficiosos y saludables; por lo que en virtud de la luz que se me ha dado, debe haber un decidido cambio en la preparación de los alimentos. Debiera haber un cocinero hábil y concienzudo que suministrase con abundancia platos sustanciosos al apetito de los alumnos. La educación en este sentido de las provisiones no es correcta, sana ni satisfactoria, y se impone una reforma. Esos alumnos son la heredad de Dios; y por tanto se han de introducir en los colegios de internos los principios más sólidos y sanos con respecto al régimen alimenticio. Los platos de comidas blandas, las sopas y los alimentos líquidos o el uso copioso de la carne, no es lo mejor para proporcionar músculos y órganos digestivos sanos o cerebros despejados. ¡Oh, cuán tardos somos para aprender! ECR 416.1

De todas las instituciones de nuestro mundo, el colegio es la más importante. En él ha de estudiarse la cuestión de la alimentación; no se han de seguir el apetito, los gustos, la costumbre o los antojos de nadie; sin embargo, hay necesidad de gran reforma, porque el perjudicarse para toda la vida será el resultado seguro de la manera de cocinar actual. De todos los puestos de importancia en dicho colegio, el principal es el de la persona que dirige la preparación de los platos que se han de poner delante de los hambrientos alumnos; pues si su trabajo se hace con negligencia, la mente no estará preparada para hacer el suyo, por haber sido el estómago tratado imprudentemente y no poder trabajar como conviene. ECR 416.2

Se necesitan inteligencias fuertes. El intelecto humano debe adquirir amplitud, vigor, agudeza y actividad. Se le ha de obligar a hacer trabajo arduo; de otra suerte se volverá débil y deficiente. Se requiere poder cerebral para pensar más seriamente; se ha de exigir al cerebro el máximo a fin de resolver y dominar problemas difíciles, o de otra manera la mente decrecerá en fuerza y capacidad de pensar. La mente debe idear, trabajar y esforzarse a fin de dar solidez y vigor al intelecto; por lo que si los órganos físicos no se mantienen en la más sana condición por medio de alimentos sustanciosos y nutritivos, el cerebro no recibe la nutrición que le corresponde para poder trabajar. Daniel comprendía esto y adoptó un régimen sencillo y nutritivo, rechazando los manjares de la mesa del rey. Los postres, cuya preparación lleva tanto tiempo, son, muchos de ellos, perjudiciales para la salud. Los alimentos sólidos que requieren masticación serán mucho mejores que los alimentos blandos o líquidos. Insisto en esto como cosa esencial. Envío mi amonestación al Colegio de Battle Creek para que de allí pase a todas nuestras instituciones de enseñanza. Estudiad estos asuntos, y que los alumnos adquieran una educación apropiada en la preparación de alimentos sólidos, sanos y apetitosos que nutran el organismo. Ellos no tienen ahora, ni la han tenido en lo pasado, la debida preparación y educación acerca de los alimentos más sanos para formar tendones y músculos igualmente sanos y proporcionar nutrición al cerebro y al sistema nervioso. ECR 417.1

El intelecto se ha de mantener despierto con trabajo nuevo, activo y ardoroso. ¿Cómo ha de hacerse esto? El poder del Espíritu Santo debe purificar los pensamientos y limpiar el alma de su contaminación moral. Los hábitos corruptores no sólo envilecen el alma sino que también degradan el intelecto. La memoria sufre, sacrificada sobre el altar de prácticas bajas y dañosas. “El que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”. Cuando los docentes y estudiantes consagren a Dios alma, cuerpo y espíritu y purifiquen sus pensamientos por medio de la obediencia a las leyes de Dios, recibirán continuamente una nueva dosis de fuerza física y mental. Entonces habrá ardientes anhelos de Dios y ferviente oración para discernir con claridad. El oficio y la obra del Espíritu Santo no consisten en que lo usen, como muchos suponen, sino en que el Espíritu Santo los use a ellos, amoldando, adaptando y santificando toda facultad. Entregar las facultades a prácticas concupiscentes, trastorna el cerebro y la fuerza nerviosa y quienes lo hagan, aunque profesen la religión, no son y de ningún modo serán agentes que Dios pueda usar; porque él desprecia las prácticas impuras, las cuales destruyen la energía nerviosa vital. Este pecado de impureza merma el vigor físico y las capacidades mentales, de modo que cualquier esfuerzo mental se volverá tedioso al poco tiempo. La memoria se vuelve vacilante y ¡oh, qué detestable ofrenda se presenta delante de Dios! ECR 418.1

De manera que cuando contemplo las escenas que se me han presentado; cuando considero los colegios establecidos en diferentes lugares, y los veo quedar muchísimo más abajo de toda semejanza con las escuelas de los profetas, mi angustia sobrepuja todo cálculo. El ejercicio físico fué señalado por el Dios de la sabiduría. Debieran dedicarse algunas horas todos los días a la educación útil en ramos de trabajo que ayuden a los estudiantes a aprender los deberes de la vida práctica, esenciales para todos nuestros jóvenes. Pero esto se ha eliminado, y se han introducido diversiones que simplemente proporcionan ejercicio sin que haya ninguna bendición especial por la práctica de acciones buenas y justas, que es lo que constituye la educación y preparación esenciales. ECR 418.2

Cada uno de los alumnos necesita la más perfecta educación acerca de las obligaciones prácticas. El tiempo empleado en ejercicio físico, el cual, paso a paso, conduce al exceso y a la ansiedad—en los juegos y en el ejercicio de las facultades—, debiera emplearse en las filas de Cristo, con lo que se lograría la bendición de Dios. Todos debieran salir de nuestros colegios con perfeccionada eficiencia, de modo que cuando se vean librados a sus propios recursos posean un conocimiento de que puedan hacer uso y que sea esencial para la vida práctica. El idear formas de emplear activamente las facultades conferidas por Dios para no efectuar nada bueno, nada que podáis llevar con vosotros a la vida futura, como el recuerdo de acciones buenas y misericordiosas, está registrado en el libro del cielo así: “Pesado en la balanza y hallado falto”. ECR 419.1

El estudio diligente es esencial, como también el arduo trabajo diligente. El juego no es esencial. Entre los alumnos, la influencia de su consagración a las diversiones ha estado creciendo hasta convertirse en un poder fascinador que contrarresta la influencia de la verdad sobre la mente y el carácter humanos. Una mente bien equilibrada no se logra por lo general consagrando las facultades físicas a las diversiones. El trabajo físico que se combina con el esfuerzo mental con el fin de ser útil, es una disciplina en la vida práctica, dulcificada siempre por el pensamiento de que está habilitando y educando la mente y el cuerpo para hacer mejor la obra que Dios se propuso que hiciesen los hombres en ramos diversos. Cuanto más perfectamente entiendan los jóvenes cómo cumplir los deberes de la vida práctica, tanto más vivo y saludable será el gozo que diariamente les proporcionará el ser útiles a los demás. ECR 419.2

La mente educada así para gozarse en el esfuerzo físico en la vida práctica, se ensancha y, mediante la cultura y la preparación, se disciplina bien y se abastece abundantemente para prestar servicio; adquiere además el conocimiento esencial para ser una bendición para los propios jóvenes y para otros. Piense y diga cada alumno: Yo estudio y trabajo para la eternidad. Pueden aprender a ser pacientemente laboriosos y perseverantes en sus esfuerzos combinados de trabajo físico y mental. ¡Qué despliegue de fuerza se manifiesta en vuestros partidos de fútbol y otras invenciones vuestras a manera de los gentiles, es decir, ejercicios que a nadie benefician! Aplicad las mismas fuerzas a la ejecución de trabajo útil, y decidme si no os resultará más agradable hacer frente al registro de vuestra vida en el gran día de Dios. ECR 420.1

Cualquier cosa que se haga bajo el estímulo santificador de la obligación cristiana, por el hecho de que sois mayordomos a quienes se han confiado talentos que usar con el fin de que sean una bendición para vosotros mismos y para otros, os proporciona verdadera satisfacción, porque todo se hace para gloria de Dios. No puedo encontrar ningún caso en la vida de Cristo que demuestre que él haya dedicado tiempo al juego o a la diversión. El era el gran Educador para la vida presente y futura. No he podido hallar ningún caso que indique que haya enseñado a sus discípulos a entregarse a la diversión del fútbol o a partidas de pugilato con el fin de hacer ejercicio físico o a representaciones teatrales, y, no obstante, Cristo fué nuestro modelo en todas las cosas. Cristo, el Redentor del mundo, dió a cada uno su obra y manda, diciendo: “Negociad [ocupaos, versión inglesa] hasta que venga”. Y al hacer su obra el corazón arde para tal empresa, y todas las facultades del alma se alistan en una obra asignada por el Señor y Maestro, que es importante y elevada. El educador y el estudiante cristianos quedan habilitados para llegar a ser dispensadores de la gracia de Cristo y para ser siempre diligentes. ECR 420.2

Todo lo que puedan hacer para Jesús han de hacerlo con fervor, teniendo el deseo ardiente de mostrar a Dios su gratitud en el cumplimiento más diligente de cada obligación que se les ha impuesto, a fin de que, mediante su fidelidad para con Dios, respondan al grande y maravilloso don de su Hijo unigénito a quien dió para que por fe en él no perezcan, mas tengan vida eterna. ECR 421.1

Es necesario que cada uno de los que se hallen en cualquier escuela o institución, esté, como lo estuvo Daniel, en tan estrecha relación con la Fuente de toda sabiduría, que sus oraciones lo habiliten para alcanzar la norma más elevada en sus deberes cotidianos en cualquier dirección, y que pueda cumplir sus obligaciones estudiantiles no solamente bajo docentes capaces sino también bajo la inspección de las inteligencias celestiales, sabiendo que el ojo que todo lo ve y que jamás duerme está sobre él. El amor y temor de Dios estaban delante de Daniel, quien educó y disciplinó todas sus facultades para responder hasta el máximo al amante cuidado del gran Maestro, consciente de su responsabilidad para con Dios. Los cuatro jóvenes hebreos no estaban dispuestos a consentir que móviles egoístas y el amor de las diversiones ocupasen los áureos momentos de esta vida. Trabajaron con corazón dispuesto y ánimo pronto. Esta no es una norma más elevada de la que pueda alcanzar cualquier cristiano. Dios demanda de todo estudiante cristiano más de lo que se le ha dado. Sois “espectáculo al mundo, a los ángeles, y a los hombres”.—Special Testimonies on Education, 192 (octubre de 1893). Reproducido en Fundamentals of Christian Education, 220-230. ECR 421.2