La Educación
Solo la Biblia aclara la historia
La Biblia, y nada más la Biblia da una idea exacta de estas cosas. En ella se revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo, sucesos que ya proyectan sus sombras, que al aproximarse hacen temblar la tierra con su ruido y hacen desfallecer de temor a los hombres. ED 162.3
“He aquí que Jehová devasta la tierra y la arrasa, trastorna su faz y hace esparcir a sus moradores [...]. Y la tierra fue profanada por sus moradores, porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto eterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra y disminuyó la población. Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa”21. ED 162.4
“Ay del día!, porque cercano está el día de Jehová; vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso [...]. El grano se pudrió debajo de los terrones; los graneros fueron asolados y los silos destruidos porque se había secado el trigo. ¡Cómo gemían las bestias! ¡Cuán turbados andaban los hatos de los bueyes, porque no tenían pastos! Y fueron también asolados los rebaños de las ovejas”. “La vid está seca y pereció la higuera; también el granado, la palmera y el manzano: Todos los árboles del campo se secaron. Y así se extinguió el gozo de los hijos de los hombres”22. ED 162.5
“¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón [...], no callaré, porque sonido de trompeta has oído, alma mía: ¡un pregón de guerra! Se anuncia quebranto tras quebranto, porque toda la tierra es destruida. ¡De repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas!” ED 163.1
“Miré a la tierra, y vi que estaba desordenada y vacía; y a los cielos, y no había luz en ellos. Miré a los montes, y vi que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. Miré, y vi que el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades estaban asoladas delante de Jehová, delante del ardor de su ira”23. ED 163.2
“¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado”24. ED 163.3
“Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación”25. ED 163.4
“Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”26.
ED 163.5
“El Dios de dioses, Jehová, ha hablado
y ha convocado la tierra desde el nacimiento del sol
hasta donde se pone.
Desde Sión, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.
Vendrá nuestro Dios y no callará;
fuego consumirá delante de él
y tempestad poderosa lo rodeará.
Convocará a los cielos de arriba y a la tierra,
para juzgar a su pueblo [...].
¡Los cielos declararán su justicia,
porque Dios es el juez!27
ED 163.6
“Hija de Sión [...] allí serás librada; allí te redimirá Jehová de manos de tus enemigos. “Ahora se han juntado muchas naciones en contra tuya, y dicen: “¡Que sea profanada y se recreen nuestros ojos a la vista de Sión!” Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo”. ED 163.7
“Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová, porque “Desechada” te llamaron, diciendo: “Esta es Sión, de la que nadie se acuerda”. Así ha dicho Jehová: “He aquí yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia””28. ED 164.1
“¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salvará. ¡Este es Jehová, a quien hemos esperado! Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación”. ED 164.2
“Destruirá a la muerte para siempre [...] y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho29. ED 164.3
“Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes. Tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada [...]. Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey. ¡Él mismo nos salvará!”30 ED 164.4
“Juzgará con justicia a los pobres, y resolverá con equidad a favor de los mansos de la tierra”31. ED 164.5
Entonces se cumplirá el propósito de Dios; los principios de su reino serán honrados por todos los que habiten debajo del sol. ED 164.6
“Nunca más se oirá en tu tierra violencia,
Destrucción ni quebrantamiento en su territorio,
Sino que a tus muros llamarás Salvación,
Y a tus puertas Alabanza”.
“Con justicia serás adornada;
Estarás lejos de opresión, porque no temerás,
Y de temor, porque no se acercará a ti”32.
ED 164.7
Los profetas a quienes fueron reveladas estas grandes escenas anhelaban comprender su significado. Ellos “inquirieron [...] diligentemente [...] escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos [...]. A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas [...] cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”33. ED 164.8
Para nosotros, que estamos al borde mismo de su cumplimiento, ¡de cuán profunda importancia, de cuán palpitante interés, son estas descripciones de los sucesos venideros, que los hijos de Dios han esperado, anhelado, y orado desde que nuestros primeros padres salieron del Edén! ED 164.9
En este tiempo, antes de la gran crisis final, lo mismo que antes de la primera destrucción del mundo, los hombres están absortos en los placeres y otras ocupaciones que atañen a los sentidos. Embargados por lo visible y lo transitorio, han perdido de vista lo invisible y lo eterno. Sacrifican riquezas imperecederas por riquezas que perecen con el uso. Es necesario elevar sus mentes y ampliar sus conceptos de la vida. Es necesario despertarlos del letargo del sueño mundano. ED 165.1
Necesitan aprender, del nacimiento y la caída de las naciones, tal como lo presenta la Santa Escritura, de cuán poco valor es la gloria externa y mundanal. Babilonia, con todo su poder y magnificencia, que el mundo no volvió a contemplar—poder y magnificencia que parecieron estables y duraderos—ha desaparecido completamente. Ha perecido “como la flor del campo”. Así perece todo lo que no tiene a Dios como cimiento. Solo puede durar lo que está ligado al propósito divino y expresa el carácter de Dios. Sus principios son lo único firme que el mundo conoce. ED 165.2
Estas son las grandes verdades que tanto los jóvenes como los ancianos necesitan aprender. Necesitamos estudiar el cumplimiento del propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de las realidades futuras, a fin de poder estimar en su verdadero valor las cosas visibles e invisibles, aprender cuál es el verdadero ideal de la vida; dar el uso más noble y adecuado a las cosas del tiempo, una vez consideradas a la luz de la eternidad. De este modo, al aprender aquí los principios de su reino, y al llegar a ser sus súbditos y ciudadanos, podremos prepararnos para entrar en posesión de él cuando el Señor venga. ED 165.3
El día está cerca. El tiempo que queda es demasiado breve para las lecciones que hay que aprender, la obra que hay que hacer, la transformación del carácter que debe efectuarse. ED 165.4
“Hijo de hombre, ahora los de la casa de Israel dicen: “La visión que este ve es para dentro de muchos días; para lejanos tiempos profetiza este”. Diles, por tanto: “Así ha dicho Jehová, el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová, el Señor””34. ED 165.5