La Educación

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Hombres leales y honrados

Por su sabiduría y su justicia, por la pureza y la bondad de sus vidas diarias, por su devoción a los intereses del pueblo, aunque era idólatra, José y Daniel demostraron ser fieles a los principios de la educación recibida en su niñez, fieles a Aquel de quien eran representantes. Estos hombres fueron honrados por la nación entera tanto en Egipto como en Babilonia. Un pueblo pagano y todas las naciones con las cuales estaban relacionados, contemplaron en ellos una ilustración de la bondad y la benevolencia de Dios, una ilustración del amor de Cristo. ED 53.4

¡Qué vocación la de estos nobles hebreos! Al despedirse del hogar de su infancia, difícilmente pudieron haber soñado con el elevado destino que les esperaba. Su naturaleza fiel y firme se entregó a la dirección divina para que Dios pudiera cumplir su propósito por medio de ellos. ED 54.1

Dios desea revelar hoy, por medio de los jóvenes y niños, las mismas verdades poderosas que reveló mediante estos hombres. Las historias de José y Daniel son una ilustración de lo que el Señor hará por los que se entregan a él y se esfuerzan de todo corazón por llevar a cabo su propósito. ED 54.2

La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos. ED 54.3

Pero semejante carácter no es el resultado de la casualidad; no se debe a favores o dones especiales de la Providencia. Un carácter noble es el resultado de la autodisciplina, de la sujeción de la naturaleza baja a la superior, de la entrega del yo al servicio de amor a Dios y a la humanidad. ED 54.4

Es necesario inculcar en los jóvenes la verdad de que sus dones no les pertenecen. La fuerza, el tiempo, el intelecto, son tesoros prestados. Pertenecen a Dios, y todo joven debería decidir darles el uso más elevado; él es una rama de la cual Dios espera fruto; un mayordomo cuyo capital tiene que producir dividendos; una luz para iluminar la oscuridad del mundo. ED 54.5

Todo joven y todo niño tienen una obra que hacer para la honra de Dios y beneficio de la humanidad. ED 54.6