Joyas de los Testimonios 2

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En toda iglesia

La obra misionera médica debe ser parte de la obra de toda iglesia en nuestro país. Separada de la iglesia, no tardaría en ser una extraña mezcla de átomos desorganizados. Consumiría, pero no produciría. En vez de actuar como mano auxiliadora de Dios para hacer progresar su verdad, minaría la vida y la fuerza de la iglesia, y debilitaría el mensaje. Dirigida independientemente, no sólo consumiría talentos y recursos que se necesitarían en otros ramos, sino que en la misma obra de ayudar a los dolientes aisladamente del ministerio de la Palabra colocaría a los hombres donde se burlarían de la verdad bíblica. 2JT 527.1

Se necesita el ministerio evangélico para dar permanencia y estabilidad a la obra misionera médica; y el ministerio necesita la obra misionera médica para demostrar el resultado práctico del Evangelio. Ninguna parte de la obra es completa sin la otra. 2JT 527.2

El mensaje de la pronta venida del Salvador debe ser proclamado en todas partes del mundo, y una dignidad solemne debe caracterizarlo en todos sus ramos. Debe cultivarse una viña muy extensa, y el labrador sabio la trabajará de tal manera que cada parte produzca fruto. Si en la obra misionera médica se mantienen puros los principios de la verdad, sin que los contamine nada que podría empañar su lustre, el Señor presidirá la obra. Si los que llevan las cargas pesadas se mantienen firmes y leales a los principios de la verdad, el Señor los sostendrá. 2JT 527.3

La unión que debe existir entre la obra misionera médica y el ministerio se presenta claramente en el capítulo 58 de Isaías. Hay sabiduría y bendición para los que quieran dedicarse a la obra allí presentada. Este capítulo es explícito, y hay en él lo suficiente para iluminar a cualquiera que desee hacer la voluntad de Dios. Ofrece abundante oportunidad de ministrar a la humanidad doliente y de ser al mismo tiempo instrumento en la mano de Dios para comunicar la luz de la verdad a un mundo que perece. Si la obra del mensaje del tercer ángel se lleva a cabo debidamente, no se le asignará al ministerio un lugar inferior, ni se descuidará a los pobres y enfermos. En su Palabra, Dios ha unido estos dos ramos de la obra, y nadie debe divorciarlos. 2JT 527.4