Consejos sobre Mayordomía Cristiana

119/353

Sección 4—A cada hombre según sus aptitudes

Capítulo 23—Los principios de la mayordomía

¿Estamos escudriñando individualmente y con oración la Palabra de Dios, para no alejarnos de sus preceptos y requerimientos? El Señor no se complacerá si retenemos cualquier suma, sea ésta pequeña o grande, que debiéramos devolverle. Si deseamos gastar dinero para complacer nuestras propias inclinaciones, pensemos en el bien que podríamos hacer con ese dinero. Apartemos para el Maestro sumas pequeñas y grandes, para que la obra sea edificada en nuevos lugares. Si gastamos egoístamente el dinero que tanto se necesita, el Señor no nos bendecirá, no podrá bendecimos con su aprobación. CMC 117.1

Como mayordomos de las mercedes de Dios estamos manejando el dinero del Señor. Significa mucho, muchísimo, para nosotros ser fortalecidos cada día por su abundante gracia, ser capacitados para comprender su voluntad, para ser hallados fieles en lo poco tanto como en lo mucho. Cuando ésta sea nuestra experiencia, el servicio de Cristo será una realidad para nosotros. Dios nos exige esto y debemos manifestar, ante los ángeles y los hombres, nuestra gratitud por lo que él ha hecho por nosotros. Deberíamos reflejar la benevolencia de Dios en términos de alabanza y obras de misericordia... CMC 117.2

¿Comprenden todos los miembros de la iglesia que todo lo que poseen ha sido dado para que lo usen y aumenten para gloria de Dios? Dios mantiene un registro fiel de cada ser humano en nuestro mundo. Y cuando llega el día del ajuste de cuentas, el mayordomo fiel no se atribuye ningún crédito a sí mismo. No dice: “Mi talento”; sino: “Tu talento ha ganado” otros talentos. Él sabe que sin el capital que le fue confiado no habría podido conseguir ningún aumento. Piensa que al haber cumplido fielmente su responsabilidad como mayordomo no ha hecho más que cumplir con su deber. El capital era del Señor, y mediante su poder pudo negociar con él con éxito. Tan sólo el nombre del Señor debe ser glorificado. Sin el capital confiado, él sabe que habría estado en bancarrota para la eternidad. CMC 117.3

La aprobación del Señor la recibe casi como una sorpresa, porque no la espera. Pero Cristo le dice: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”. Mateo 25:21.—The Review and Herald, 12 de septiembre de 1899. CMC 118.1