Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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El espíritu de sacrificio

El plan de salvación se trazó en base a un sacrificio tan amplio, profundo y elevado que resulta inconmensurable. Cristo no envió a sus ángeles a este mundo caído mientras él permanecía en el cielo, sino que él mismo vino sin escolta y soportó el vituperio. Se convirtió en varón de dolores, experimentado en quebranto; él llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. Y Dios considera la ausencia de abnegación en sus seguidores profesos como una negación del nombre de cristianos. Los que profesan ser uno con Cristo y sin embargo complacen sus deseos egoístas de poseer ropa y muebles elegantes y costosos, y alimento exquisito, son cristianos solamente de nombre. Ser un cristiano es ser como Cristo. CMC 58.1

Y sin embargo, cuán verdaderas son estas palabras del apóstol: “Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús”. Filipenses 2:21. Las obras de muchos cristianos no corresponden con el nombre que llevan. Obran como si nunca hubieran oído acerca del plan de redención llevado a cabo a un costo infinito. La mayoría procura forjarse fama en el mundo; adopta las formas y ceremonias mundanas, y vive para satisfacer la complacencia propia. Esta gente sigue en pos de sus propios designios con tanta ansiedad como lo hace el mundo, y así suprime su poder para ayudar a establecer el reino de Dios... CMC 58.2

La obra de Dios, que debería progresar con diez veces más fuerza de la que posee actualmente, es retardada, como la primavera es detenida por los helados vientos del invierno, debido a que algunos cristianos profesos se están apoderando para sí mismos de los recursos que deberían dedicar a su servicio. Debido a que el amor abnegado de Cristo no está entretejido con las prácticas de la vida, la iglesia es débil cuando debería ser fuerte. Debido a su propio proceder ha apagado su luz y con esto ha privado a millones del Evangelio de Cristo... CMC 58.3

¿Cómo pueden aquellos por quienes Cristo sacrificó tanto continuar disfrutando egoístamente de sus dones? Su amor y abnegación no tienen paralelo; y cuando este amor entra en la experiencia de sus seguidores, éstos identificarán sus intereses con los de su Redentor. Su obra contribuirá a edificar el reino de Cristo. Se consagrarán a sí mismos y a sus posesiones a él, y se usarán ellos mismos y sus riquezas como la causa lo requiera. CMC 59.1

Esto no es nada más que lo que Jesús espera de sus seguidores. Ningún individuo que tenga delante de él un objetivo tan grandioso como es la salvación de las almas experimentará pérdida al inventar maneras de negarse a sí mismo. Esto constituirá una obra individual. Todo lo que podamos dar fluirá hacia la tesorería del Señor para ser usado en la proclamación de la verdad, para que el mensaje de la pronta venida de Cristo y las exigencias de su ley puedan ser proclamados en todas partes en el mundo. Hay que enviar misioneros para que hagan esta obra. CMC 59.2

El amor de Cristo en el alma se revelará en palabras y acciones. El reino de Cristo ocupará el lugar más destacado. Se colocará el yo como sacrificio voluntario sobre el altar de Dios. Todos los que estén verdaderamente unidos con Cristo sentirán el mismo amor por las almas que hizo que el Hijo de Dios dejara su trono real, su elevada autoridad, y por amor a nosotros se hiciera pobre para que mediante su pobreza nosotros fuésemos hechos ricos.—The Review and Herald, 13 de octubre de 1896. CMC 59.3