Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Enceguecidos por el amor al mundo

La causa de Dios debe ocupar el primer lugar en nuestros planes y afectos. Se necesita presentar un mensaje directo concerniente a la complacencia del yo mientras la causa de Dios carece de recursos. Algunos están tan fríos y apartados que no comprenden que están fijando sus afectos sobre tesoros terrenales que pronto serán barridos para siempre. El amor al mundo los está trabando como un grueso vestido; y a menos que cambien su proceder, nunca sabrán cuán preciosa es la práctica de la abnegación por amor a Cristo. Todos nuestros ídolos, nuestro amor al mundo, deben ser expulsados del corazón. CMC 232.3

Hay ministros y amigos fieles que ven el peligro que rodea a esas almas que se han atado a sí mismas, y que les presentan fielmente el error de su conducta; pero los que son reprochados en lugar de aceptar las amonestaciones en el espíritu en que fueron dadas, beneficiándose con ellas, se levantan contra los que tratan con ellos fielmente. CMC 233.1

Ojalá que se levantaran de su letargo espiritual y se familiarizaran con Dios. El mundo está cerrando sus ojos para que no vean a Aquel que es invisible. Son incapaces de discernir las cosas más preciosas que son de interés eterno, pero ven la verdad de Dios en una luz tan débil que llega a parecerles de poquísimo valor. La partícula más ínfima relacionada con sus intereses temporales asume proporciones gigantescas, mientras los asuntos concernientes a la eternidad escapan a su noticia.—The Review and Herald, 31 de octubre de 1893. CMC 233.2