Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Destrucción de la generosidad auténtica

Los que se hallan comparativamente en la pobreza son los que hacen más para sostener la causa de Dios. Son generosos con lo poco que poseen. Han fortalecido sus impulsos generosos por la liberalidad continua. Como sus gastos casi equivalían a sus entradas, su pasión por las riquezas terrenales no tuvo cabida ni oportunidad de fortalecerse. CMC 233.3

Pero son muchos los que, al comenzar a juntar riquezas materiales, calculan cuánto tardarán en poseer cierta suma. En su afán de acumular una fortuna, dejan de enriquecerse para con Dios. Su generosidad no se mantiene a la par con lo que reúnen. A medida que aumenta su pasión por las riquezas, sus afectos se entrelazan con su tesoro. El aumento de su propiedad fortalece el intenso deseo de tener más, hasta que algunos consideran que el dar al Señor el diezmo es una contribución severa e injusta. La inspiración ha declarado: “Cuando se aumenten las riquezas, no pongáis en ellas vuestro corazón”. Salmos 62:10, VM. Muchos han dicho: “Si yo fuese tan rico como Fulano, multiplicaría mis donativos para la tesorería de Dios. No haría otra cosa con mi riqueza sino emplearla para el adelantamiento de la causa de Dios”. Dios ha probado a algunos de éstos dándoles riquezas; pero con éstas las tentaciones se hicieron más intensas, y su generosidad fue mucho menor que en los días de su pobreza. Un ambicioso deseo de mayores riquezas absorbió su mente y corazón, y cometieron idolatría.—Joyas de los Testimonios 1:383, 384. CMC 233.4

Algunos, cuando están en la pobreza, son generosos con lo poco que tienen; pero a medida que adquieren propiedades se vuelven avaros. Tienen muy poca fe, porque no siguen adelantando a medida que prosperan, y no dan a la causa de Dios hasta el sacrificio.—Joyas de los Testimonios 1:466. CMC 234.1