Consejos para los Maestros

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Resultados de la continua aplicación

Muchos padres mantienen a sus hijos en la escuela casi todo el año. Estos niños se someten mecánicamente a la rutina del estudio, pero no retienen lo que aprenden. Muchos de estos estudiantes constantes parecen casi desprovistos de vida intelectual. La monotonía del estudio continuo cansa la mente, y ellos se interesan poco en sus lecciones; y para muchos llega a ser penosa la aplicación a los libros. No tienen amor íntimo por la reflexión, ni ambición por adquirir conocimiento. No estimulan en sí mismos hábitos de reflexión e investigación. CM 82.3

Los niños necesitan grandemente la debida educación, a fin de poder ser útiles en el mundo. Pero cualquier esfuerzo que ensalce la cultura intelectual por encima de la moral, va descaminado. Instruir, cultivar, pulir y refinar a los jóvenes y los niños, debiera ser la preocupación principal de padres y maestros. Son pocos los que razonan detenidamente y piensan con lógica, porque falsas influencias han detenido el desarrollo del intelecto. La suposición que hacen padres y maestros de que el estudio continuo fortalece el intelecto, es errónea; porque en muchos casos ha tenido el efecto opuesto... CM 83.1

Estamos viviendo en una época cuando casi todo es superficial. Hay muy poca estabilidad y firmeza de carácter, porque la preparación y educación de los niños desde su cuna es superficial. Se edifica el carácter sobre la arena. No se lo amolda a la abnegación y el dominio propio. Se los ha mimado y complacido hasta echarlos a perder para la vida práctica... CM 83.2

Los niños deben ser preparados y educados de tal manera que sepan que les esperan tentaciones, y cuenten con que tendrán que hacer frente a dificultades y peligros. Debe enseñárseles a tener dominio propio, y a vencer noblemente las dificultades; y si bien no se precipitarán voluntariosamente al peligro, ni se pondrán innecesariamente en el camino de la tentación, sino que rehuirán las malas influencias y las compañías viciosas, cuando estén inevitablemente obligados a estar en mala compañía, tendrán fuerza de carácter para mantenerse de parte de lo recto y apoyar los buenos principios, y saldrán del peligro con la fuerza de Dios, sin que su moral quede mancillada. Si los jóvenes que han sido debidamente educados ponen su confianza en Dios, sus facultades morales resistirán la más tremenda prueba. Testimonies for the Church 3:131-144. CM 83.3