La Gran Esperanza

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5—Falsa esperanza

La doctrina de la inmortalidad natural, tomada primero de la filosofía pagana, e incorporada en la fe cristiana durante la época de tinieblas de la gran apostasía, ha sido colocada en lugar de la verdad de que “los muertos nada saben” (Eclesiastés 9:5). Multitudes creen que los espíritus de los muertos son “espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1:14). GE 39.1

La creencia de que los espíritus de los muertos regresan para ayudar a los vivos ha preparado el camino para el espiritismo moderno. Si los muertos resultan privilegiados con un conocimiento mucho mayor del que tenían anteriormente, ¿por qué no regresan a la Tierra e instruyen a los vivos? GE 39.2

Si los espíritus de los muertos pueden acercarse a sus amigos en la Tierra, ¿por qué no se comunican con ellos? ¿Cómo pueden los que creen que el hombre es consciente después de la muerte rechazar la “luz divina” comunicada por medio de espíritus glorificados? Aquí existe un medio considerado como sagrado a través del cual obra Satanás. Los ángeles caídos aparecen como mensajeros del mundo de los espíritus. GE 39.3

El príncipe del mal tiene poder para reproducir delante de los hombres la apariencia de amigos que han muerto. La falsificación es perfecta, lograda con exactitud maravillosa. Muchos resultan consolados con la seguridad de que sus amados están gozando en el cielo. Sin sospechar el peligro que ello implica, prestan oídos a “espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). GE 39.4

Personificando a los que fueron a la tumba sin estar preparados, dicen estar felices de ocupar posiciones exaltadas en el cielo. Supuestos visitantes del mundo de los espíritus a veces transmiten advertencias que resultan correctas. Entonces, cuando ganan la confianza, presentan doctrinas que minan la fe en las Escrituras. Que declaren ciertas verdades y a veces anuncien acontecimientos futuros les da una apariencia de confiabilidad, y sus falsas enseñanzas resultan aceptadas. La ley de Dios es anulada; el Espíritu de gracia, despreciado. Los espíritus niegan la deidad de Cristo y colocan al Creador al mismo nivel de ellos mismos. GE 40.1

Aunque es verdad que a veces se ha querido hacer pasar el fraude por manifestaciones genuinas, ha habido también notables exhibiciones de poder sobrenatural, los cuales son obras directas de los ángeles malignos. Muchos creen que el espiritismo es meramente una impostura humana. Pero cuando se encuentren frente a frente con manifestaciones que no puedan sino considerar como sobrenaturales, serán engañados y las aceptarán como el gran poder de Dios. GE 40.2

Con la ayuda de Satanás, los magos de Faraón falsificaron la obra de Dios (ver Éxodo 7:10-12). San Pablo testifica que la venida del Señor ha de ser precedida por la “obra de Satanás, [la cual] irá acompañado de hechos poderosos, señales y falsos milagros, y con todo engaño de iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:9, 10). Y San Juan declara: “También hace grandes señales, de tal manera que incluso hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Engaña a los habitantes de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer” (Apocalipsis 13:13, 14). Aquí no se predicen meras imposturas. Los hombres son engañados por milagros que los agentes de Satanás hacen, no que pretenden hacer. GE 40.3

Apelación a los intelectuales - A las personas cultas y refinadas el príncipe de las tinieblas les presenta el espiritismo en sus aspectos más refinados e intelectuales. Deleita la fantasía humana con escenas que cautivan, y con elocuentes imágenes de amor y caridad. Induce a los hombres a enorgullecerse tanto de su propia sabiduría que en su corazón desprecian al Eterno. GE 40.4

Satanás seduce a los hombres ahora como sedujo a Eva en el Edén: despertando la ambición de exaltación propia. Él dijo: “Seréis como Dios, conocedores del bien y el mal” (Génesis 3:5). El espiritismo enseña “que el hombre es un ser en constante progreso... que marcha hacia la Divinidad”. Y de nuevo: “El juicio será justo, porque será el juicio que cada uno haga de sí mismo... El trono del tribunal está en nosotros mismos”. También declara: “Toda persona justa y perfecta es Cristo”. GE 41.1

Así, Satanás ha presentado la naturaleza del hombre como la única regla de juicio. Esto es progreso no hacia arriba sino hacia abajo. El hombre jamás se elevará más arriba que su propia norma de pureza o bondad. Si el yo es el ideal más elevado, nunca se alcanzará nada más exaltado. Solo la gracia de Dios tiene el poder de impulsar al hombre hacia arriba. La conducta del individuo que depende de sí mis-mo es necesariamente descendente. GE 41.2

Apelación a los amadores de placers - A los egoístas, a los que aman el placer, a los sensuales, el espiritismo se presenta bajo un disfraz menos sutil. En sus formas groseras, ellos encuentran lo que está en armonía con sus propias inclinaciones. Satanás toma nota de los pecados que todo individuo está inclinado a cometer, y luego trata de que no falten oportunidades para gratificar esa tendencia. Tienta a los hombres mediante la intemperancia para debilitar sus facultades físicas, mentales y morales. Destruye a miles induciéndolos a ser complacientes con la pasión, embruteciendo la naturaleza humana. Y para completar su obra, los espíritus declaran que “el verdadero conocimiento coloca al hombre por encima de toda ley”; que “cualquier cosa es recta”; que “Dios no condena”; y que “todos los pecados son inocentes”. Cuando la gente cree que el deseo es la ley más elevada, que la libertad es licencia, que el hombre es responsable solo ante sí mismo, ¿quién puede admirarse de que la corrupción abunde por do quiera? Multitudes aceptan con avidez enseñanzas que incitan a la lascivia. Satanás arrastra y hace caer en su red a millares que profesan seguir a Cristo. GE 41.3

Pero Dios ha dado suficiente luz para descubrir la trampa. El mismo fundamento del espiritismo está en conflicto con las Escrituras. La Biblia declara que los muertos nada saben, que los pensamientos de ellos han perecido; que ya no tienen parte en los gozos o en los sufrimientos de los que viven sobre la Tierra. GE 42.1

Además, Dios ha prohibido la pretendida comunicación con los espíritus de los muertos. La Biblia declara que “los espíritus”, como se ha denominado a estos visitantes de otros mundos, “son espíritus de demonios” (ver Números 25:1-3; Salmo 106:28; 1 Corintios 10:20; Apocalipsis 16:14). El tratar con ellos estaba prohibido bajo pena de muerte (ver Levítico 19:31; 20:27). Pero el espiritismo se ha abierto paso en los círculos científicos, ha invadido las iglesias y ha encontrado una favorable acogida en los cuerpos legislativos, aun en las cortes de los reyes. Este gigantesco engaño es un reavivamiento de la condenada brujería de antaño, cubierta ahora con un nuevo disfraz. GE 42.2

Al presentar la idea de que los hombres más viles están en el cielo, Satanás dice al mundo: “No importa que crean o no crean en Dios o en la Biblia; vivan como quieran; el cielo es el hogar de ustedes”. Pero la Palabra de Dios declara: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz!” (Isaías 5:20). GE 42.3

Se presenta la Biblia como ficción - Los apóstoles, personificados por espíritus mentirosos, suelen aparecer como contradiciendo lo que escribieron cuando estaban en la Tierra. Satanás hace creer al mundo que la Biblia es ficción, un libro adecuado para la infancia de la raza humana, pero que ha de ser considerado obsoleto. Así oscurece el Libro que ha de juzgarlo a él y a sus seguidores; y presenta al Salvador del mundo como un ser común. Y los que aceptan las manifestaciones del espiritismo sostienen que no hay nada milagroso en la vida de nuestro Salvador. Declaran que los milagros que ellos hacen son superiores a las obras de Cristo. GE 42.4

El espiritismo está actualmente asumiendo una apariencia cristiana. Pero sus enseñanzas no pueden negarse ni esconderse. En su forma presente, es un engaño de los más peligrosos y sutiles. Ahora profesa aceptar a Cristo y la Biblia, pero esta es interpretada de una manera que agrada al corazón no regenerado. Habla del amor como el principal atributo de Dios, pero lo rebaja hasta llegar a constituirlo en un sentimentalismo enfermizo. Se ocultan de la vista humana las denuncias que Dios hace del pecado y los requerimientos de su santa Ley. Ciertas fábulas inducen a los hombres a rechazar la Biblia como el fundamento de su fe. Cristo es negado tan ciertamente como antes, pero el engaño pasa inadvertido. GE 42.5

Pocos son los que tienen un concepto adecuado del poder engañoso del espiritismo. Muchos se meten con él meramente para satisfacer su curiosidad. Sin embargo, se llenarían de horror ante el pensamiento de someterse al control de los espíritus. Pero se aventuran en terreno prohibido, y el destructor ejerce su poder sobre ellos en contra de su propia voluntad. Una vez que son inducidos a someter su mente a la dirección de Satanás, este los mantiene cautivos. Nada sino el poder de Dios, en respuesta a la oración ferviente, puede librar a estas almas. GE 43.1

Todos los que acarician voluntariamente un pecado conocido están invitando a las tentaciones de Satanás. Se separan a sí mismos de Dios y de la custodia de sus ángeles, y quedan sin defensa. GE 43.2

“Si os dicen: ‘Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?’ ¡A la ley y al testimonio! Si no dicen conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:19, 20). GE 43.3

Si los hombres hubieran estado dispuestos a recibir la verdad con respecto a la naturaleza del hombre y al estado de los muertos, verían en el espiritismo el poder y los milagros mentirosos de Satanás. Pero multitudes cierran sus ojos a la luz, y Satanás teje sus trampas en derredor de ellos. “Por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos... Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira” (2 Tesalonicenses 2:10, 11). GE 43.4

Los que se oponen al espiritismo enfrentan a Satanás y a sus ángeles. Satanás no cederá un solo centímetro de terreno a menos que sea rechazado por mensajeros celestiales. Él puede citar las Escrituras hoy como en los días de Cristo y pervertir sus enseñanzas. Pero quienes deseen permanecer en pie en este tiempo de peligro, deben entender por sí mismos el testimonio de las Escrituras. GE 43.5

Entender las Escrituras - Espíritus de demonios, representando a parientes o amigos, apelarán a nuestras más tiernas simpatías y obrarán milagros. Debemos resistirlos con la verdad bíblica de que los muertos nada saben y de que los que aparecen de esta manera son espíritus de demonios. GE 44.1

Todos aquellos cuya fe no esté fundada en la Palabra de Dios serán engañados y vencidos. Satanás “obra con todo engaño de iniquidad”, y sus engaños aumentarán. Pero los que busquen un conocimiento de la verdad y purifiquen sus almas hallarán en el Dios de la verdad una defensa segura. El Salvador enviará prestamente a todo ángel del cielo para proteger a su pueblo antes de dejar que una sola alma que confía en él sea vencida por Satanás. Y los que se consuelan a sí mismos con la seguridad de que no hay castigo para el pecador, los que renuncian a las verdades que el Cielo ha provisto como una defensa para el día de angustia, aceptarán las mentiras ofrecidas por Satanás, las engañosas pretensiones del espiritismo. GE 44.2

Los burladores presentarán como ridiculas las declaraciones de las Escrituras concernientes al plan de salvación y a la retribución que recibirán los que rechazan la verdad. Fingen tener mucha lástima de las mentes que son tan estrechas, débiles y supersticiosas como para obedecer los requerimientos de la Ley de Dios. Ellos han cedido tan plenamente al tentador, y están tan estrechamente unidos con él e imbuidos de su espíritu, que no tienen ninguna inclinación a deshacerse de sus trampas. GE 44.3

El fundamento de la obra de Satanás fue colocado cuando este aseguró a Eva en el Edén: “No moriréis... El día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal” (Génesis 3:4, 5). Satanás presentará su obra maestra de engaño al fin del tiempo. Dijo el profeta: “Vi... tres espíritus inmundos semejantes a ranas. Son espíritus de demonios, que hacen señales y van a los reyes de la tierra en todo el mundo para reunirlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 16:13, 14). GE 44.4

Excepto los que son guardados por el poder de Dios sobre la base de la fe en su Palabra, el mundo entero será arrastrado a las filas de este engaño. Los hombres se están dejando adormecer en una seguridad fatal, para ser despertados solamente por el derramamiento de la ira de Dios. GE 44.5