Sermones Escogidos Tomo 2

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16—La espiritualidad de los empleados de la iglesia

EL SEÑOR DESEA que toda alma esté conectada con él y tenemos el privilegio de hacerlo. Hay entre los que están vinculados a esta institución un sentimiento de dejadez, como si estuvieran trabajando en una cosecha agrícola o en algún negocio que no tiene una relación especial con la obra y causa de Dios. Bien, esa no es la forma en que debería considerarse esta institución. SE2 159.1

Es una institución que debería haber alcanzado un gran prestigio ante la gente, y todos los que están conectados con ella deberían estar a la altura de ese prestigio con un total convencimiento de que es una institución que pertenece a Dios. SE2 159.2

He tratado de expresar en todo momento ante nuestro pueblo, en nuestras instituciones —en Battle Creek, en la Pacific Press y en Europa— que dichas instituciones SE2 159.3

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Charla presentada a los empleados de la casa editora «Echo” en North Fitzroy, Victoria, Australia, el 14 de abril de 1898. Manuscrito 163, 1898. fueron colocadas en lugares donde los jóvenes deben ser formados para que hagan el mejor trabajo que es esencial sea realizado en ellas. Ahora algunos pueden acudir aquí con su irreligiosidad y su falta de espiritualidad y su falta de principios; pueden venir aquí con su irreligiosidad y seguir así durante todo el tiempo de su aprendizaje. Todo el tiempo, mientras están siendo formados, pueden manifestar ese espíritu. «Nadie me va a obligar a ser religioso; no me siento inclinado a la religión”, dirán ellos.

Bien, eso es algo que no los beneficia a ustedes. Es una vergüenza para cualquiera que asume dicha actitud. ¿Quién es el que les permite respirar? ¿Quién mantiene nuestro organismo funcionando? ¿De quién dependen ustedes para cada suspiro? Quizá piensen que ustedes pueden ser seres independientes, ¡pero no pueden ser independientes y seguir viviendo! Nadie puede. SE2 160.1

El problema es que cada alma, cada individuo depende de Dios no tan solo respecto a cada bocanada de aire que inspira y por la comida que ingiere; ustedes dependen de Dios para todo. Ustedes le pertenecen; nuestro cuerpo con su maquinaria viviente es de él. Así que cuiden con todo esmero su cuerpo, puesto que es propiedad de Dios y fue comprado por precio. Ustedes desean que su cuerpo, su espíritu y su mente sirvan al Señor, el Dios del cielo. Ustedes pueden actuar como algunos de los alumnos pensaban comportarse en la escuela durante el curso escolar anterior, que creían que iban a poder hacer lo que les viniera en ganas. Fueron un quebradero de cabeza para maestros y administradores. Pero poco a poco se fueron acercando a Dios y comenzaron a entender qué actitud debían asumir. SE2 160.2

Aquí no hay varas ni azotes como en otras escuelas. La mente de los alumnos se moldea para que entiendan cómo deben comportarse mientras son instruidos. Los alumnos pueden colaborar en su educación, pero para ello deben cooperar con los maestros. Por tanto, es posible que Dios mantenga los cuerpos de ustedes en buen estado si ustedes cooperan con él. SE2 160.3

Ahora bien, no hay nadie aquí que tenga el poder de razonamiento que Dios desearía que todos tuviéramos. He pensado en todo; pero, Señor guarda mi mente y mi vista; ya que prefiero perder la visión antes que mi juicio. Cuando Dios nos concede el poder de razonar, él espera que los utilicemos y que no seamos como bestias irracionales. SE2 160.4

Ustedes saben lo rápido que él privó a Nabucodonosor de su juicio porque no reconoció a Dios. El Señor quiso aleccionar a ese rey. Le dio un sueño que no podía recordar, y tuvo que aparecer alguien que se mantenía en comunión con Dios para poder ayudar a aquel personaje. El rey estaba perplejo y angustiado, Así que tuvo recurrir a unos siervos de Dios que habían sido preservados por la divina Providencia. Entonces el rey pudo recordar todo. Eso ocurrió para mostrarle al rey el fin de todos los reinos, y cómo cada sucesivo reino iría teniendo cada vez menos prestigio. SE2 160.5

«Tú eres esta cabeza de oro”, dijo Daniel. ¿Cómo asimiló eso el rey? En lugar de permitir que el sueño le enseñara cuál sería el destino de los reinos, él se puso a pensar en el sueño mientras el diablo se apoderaba de su mente, incitándolo a erigir aquella gran imagen de oro. No paraba de repetirse para sí mismo: «Tú eres esta gran cabeza de oro”. Podemos ver que capacidad de razonamiento no se habían sometido a Dios, así que mandó construir una imagen suya para que fuera adorada, y todos debían postrarse e inclinarse ante aquella imagen que era una representación de su reino. Había algunos jóvenes que no iban a inclinarse, porque habían aprendido que «el temor de Jehová es el principio de la sabiduría». Habían aprendido a adorar a Dios y a únicamente servirlo a él. SE2 161.1

Eso es precisamente lo que ustedes deben aprender aquí. Habrá pruebas. Satanás ha descendido con gran poder. Él está hoy en el mundo y ejercerá un poder mucho mayor del que ustedes se imaginan. Él anda como león rugiente buscando a quién devorar. Ustedes pueden alejarse de Dios y contentarse como siervos bajo el dominio de Satanás, y él los gobernará con vara de hierro. Pero, observen que aquellos jóvenes no iban a inclinarse; y como no se inclinarían, se les concedió otra oportunidad, y aún así manifestaron que no se inclinarían. Dijeron que no temían dar su respuesta, pues estaban firmemente dispuestos a hacer lo que habían dicho. SE2 161.2

El rey se enfureció y mandó que los ataran, y con tanta prisa trataron de echarlos al homo que las llamas alcanzaron a los que los estaban echando adentro. Entonces el rey y todos sus cortesanos miraron y, oh maravilla, en lugar de tres hombres había cuatro, y uno era como el Hijo de Dios. ¿Cómo suponen ustedes que él conocía algo acerca del Hijo de Dios? Como ven, él había estado en contacto con Daniel y con aquellos hombres, y ellos hablaron de Dios y de Cristo, el representante de Dios. Esa es la obra que estaban realizando, y tan pronto como él los vio, él dijo que el cuarto era como el Hijo de Dios. SE2 161.3

Bien, ¿qué desean ustedes ahora? Ustedes desean la seguridad de que están comprometidos, cada vez que alguien entra a este oficio, a representar el carácter de la obra que debe realizarse en dicha posición, que es su trabajo aquí; que sea de tal índole que haya muy poco tiempo para ocuparse de algo más. SE2 161.4

¿Qué hizo el rey después de ver aquello? Tomó a los hombres que habían denunciado y se habían quejado de aquellos jóvenes y los echó en el homo ardiente, y llamó a los que estaban dentro: «¡Salgan ustedes!». Ahora bien, Dios fue glorificado, pero el enemigo se introdujo y cuando el enemigo se aprovecha de alguien siempre trata de conseguir una segunda oportunidad. SE2 162.1

Cada uno de los aquí presentes debiera tener el deseo de ser lo que Dios quiere que sea. Es al más humilde al que Dios desea honrar. No es lo que usted piense de sí mismo lo que le granjeará el favor de Dios, pues él ensalza al que tiene un corazón humilde y contrito. Ustedes ven que ese espíritu humilde y contrito es el que Dios honra, porque entonces él puede actuar por medio de ellos. Él puede hacer algo a través de ellos, y ellos no se adjudicarán el crédito. Esa es precisamente la forma en que Dios obra. Ustedes tienen la capacidad, y él desea que ustedes utilicen dicha capacidad para perfeccionarse en su obra. Ustedes podrían ser llamados a ser misioneros, o a ocupar cargos de responsabilidad en otros países, y el proceso educativo continúa en la obra de capacitación. Se dice que: «Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. SE2 162.2

Ni ustedes, ni nadie deben esperar que una vez anden en algo relacionado con Dios que no necesitarán consejo ni corrección. Quizá piensen que pueden encontrar algo parecido, pero no pueden. SE2 162.3

Se han hecho algunos trabajos, como la publicación de ciertos materiales, que no han hecho ningún bien a la institución ni a quiens la dirigen; porque Dios desea que nosotros, cada uno de nosotros, seamos sus mayordomos. «Ustedes son colaboradores juntamente con Dios”. Ahora piensen en esto: Sin Dios ustedes no podrán actuar me-jor que una bestia del campo. No pueden hacer mejor en lo espiritual, nadie. Es necesario que tengan a Dios: «Ustedes son colaboradores de Dios”. Por eso él nos dio a Jesús. Él entregó a su Hijo unigénito para que viniera a este mundo dejando a un lado su gloria y revistiendo su divinidad de humanidad. Él vino para soportar todas las prueba que cada ser humano ha de sobrellevar, y mucho más, debido a su glorioso carácter así fueron sus tentaciones que el ser humano no puede entender sino parcialmente. SE2 162.4

Cristo asumió la forma humana, pero no abandonó su divinidad. Revistió su divinidad de humanidad. Asumió la forma humana con el fin de manifestar esa humanidad a través de los que guardan los mandamientos para dar un testimonio a todo el universo. Cristo vivió como un ser humano para soportar las luchas y conflictos como nuestro Capitán, elevando con Dios a cada ser humano en la faz de la tierra. Cristo asumió la forma humana para que los humanos asumieran su divini-dad. Él asumió nuestra naturaleza humana para concederle a la misma las cualidades de su naturaleza divina. Él venció donde Adán había fracasado y redimió la raza caída de Adán. Apliquen toda su capacidad de razonamiento, cada partícula de discernimiento, de determinación, cada capacidad intelectual que Dios nos ha concedido a los seres humanos. No seamos pues como la hoja que el viento lleva de aquí para allá. SE2 163.1

Leemos en 2 Pedro que todos tenemos que participar de la naturaleza divina de Jesucristo. Así que no hay nadie, ni aun entre los que desempeñan las funciones más humildes en esta institución que no pueda aferrarse a la divina naturaleza mediante el conocimiento de Jesucristo que dio su vida para hacemos suyos. Luego debemos considerar que hemos sido comprados por un precio: la preciosa sangre del Hijo de Dios. Él no nos dejará vagar de aquí para allá a causa de las tentaciones de Satanás. Así que si ustedes permanecen en Cristo y deciden que se convertirán en todo lo que Dios espera que lo hagan, entonces serán de tanto valor a la vista de Dios como lo fue Daniel, el amado de Dios. SE2 163.2

Dios no hace nada sin cooperación. Él no llegará y lo forzará a usted a que tome del agua de vida. Ustedes deberían estar completos en Cristo, y únicamente cuando estén completos en él, ¿cómo qué los considerará Dios? Como herederos de Dios y coherederos con Jesucristo de la herencia inmortal. SE2 163.3

Por lo tanto no se consideren demasiado importantes y encumbrados porque poseen ciertos conocimientos. ¿Cómo lo obtuvieron? Leemos que el Señor le concedió sabiduría a Daniel. Ustedes saben que algunos de ustedes lo harían, pero no deberían hacerlo, porque se nos dice que debemos evitarlo. SE2 163.4

Ustedes dicen que deben celebrar sus días de fiesta de la misma manera que los demás. Pueden decir que esos días de fiesta les pertenecen; que la gente tiene el derecho de disfrutar de su tiempo como le venga en gana. Se me instruyó al respecto cuando ustedes estaban buscando un lugar para la escuela. Al principio pensé que debía ser cerca de los pueblos, pero se disipó nuevamente la nube y se me mostró la situación de nuestras ciudades y cómo estarían. Todo se me presentó, que deberíamos estar a cierta distancia de la ciudad, y que deberíamos buscar un entorno natural y establecer nuestra escuela allí para que los alumnos no estuvieran preocupados por los días de fiesta, o que se agitaran si no se les concedían esos asuetos. SE2 163.5

Luego, con respecto a la cuestión del domingo. Leí en la prensa que alguien que se había atrasado una hora al cerrar su negocio había sido multado por ello. ¿Cómo considera Dios eso? De hecho, debemos actuar como hombres y mujeres que tienen mentes y almas que están subordinados a Dios en obediencia. Pero, si han de venir aquí y dicen que ustedes deben cesar sus labores y parar las prensas los domingos, yo no diría que deben mantener las prensas funcionando, porque el conflicto no es entre ustedes y Dios. Si ellos intentaran ir más lejos diciendo que deben guardar el domingo y no observar el sábado, entonces todo aquel que lo haciera recibiría la marca de la bestia. SE2 164.1

Si las autoridades dijeran: «No se debe trabajar aquí los domingos» —y seguro que lo harán— hay muchas otras cosas que podrían ustedes hacer. Podrían ocuparse en la obra misionera y hacer de ese día un período para llevar almas a Jesucristo, porque Dios no quiere que nosotros le demos gusto al diablo desafiando a las autoridades. Ustedes recuerdan que cuando Pedro interrogó a Cristo respecto a pagar impuestos, el Señor dijo: «Los hijos están exentos. Sin embargo para no ofenderlos, ve al mar, echa el anzuelo y toma el primer pez que saques, ábrele la boca y hallarás una moneda. Tómala y dásela por ti y por mí». SE2 164.2

Hay además otras cosas que ellos quizá deseen regular, pero no estamos listos para establecer normas aquí respecto a la ley dominical. Pónganse a trabajar, cada uno de ustedes, para despecho del diablo y vean cuánto pueden hacer, cuántas almas pueden llevar a la verdad. SE2 164.3

Luego tenemos la reforma prosalud. Dios desea que se empeñen en esto. Él desea que ustedes le muestren al mundo que creen que sus cuerpos son el templo de él. Cuiden de la maquinaria de su cuerpo. No hagan nada que los perjudique mental o físicamente, y si ustedes aman al Señor Dios con todo su corazón el apetito será sujetado en armonía con Dios; porque ¿andarán dos juntos si no están de acuerdo?, y si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo y que me siga. Cristo no se mezcló con el mundo como deseaban los fariseos que lo hiciera. ¿Por qué? La razón es que tenía una obra que realizar. Bien, que todo el que acude a esta institución vea que ustedes tienen una obra especial que realizar y que piensan de manera independiente. SE2 164.4

Nuestras iglesias están muy atrasadas en lo que respecta a la reforma prosalud. Esto no le agrada a Dios porque él ha enviado un mensaje especial en este sentido. Él nos da la vida y nosotros no podemos acortarla con nuestro proceder. Todos hemos de cooperar con Dios. SE2 165.1

Si después que los aprendices hayan permanecido aquí en la institución por un tiempo no muestran respeto por Dios; si no hay respeto por la verdad, y siguen siendo tan escépticos como cualquiera, entonces despídanlos de su empleo. Quizá echen de menos su trabajo, pero si llega un nuevo grupo, esos mismos que se burlan y se ríen respecto a ser meticulosos. Bien, eso mismo ha estado sucediendo aquí. Ha habido falta de cuidado. Mientras más pronto sean separados del trabajo, mejor será. Sobre cada uno aquí, déjenme decirles, ya sea Dios o Satanás tendrá control sobre sus mentes. Bien, en lo que respecta a los días de fiesta, si un hombre tiene algún dinero se siente obligado a montar en un vehículo para ir a gastarlo en determinado lugar. Bien, debemos entender que podemos establecer nuestros propios días de fiesta; pero no debemos celebrar un día de fiesta por alguien que esté muerto, o que esté vivo, o porque sea el natalicio de alguien. SE2 165.2

Algunos dicen que tenemos más días de fiesta en Estados Unidos, y lo acepto: el Día de Año Nuevo y el Día de Navidad y unos pocos días de fiesta, pero muy pocos. Yo añadiría una advertencia respecto a los trabajos que se aceptan en esta institución. No se conviertan en carroñeros. Los cerdos son carroñeros. Dios los creó así. Comen de todo, incluyendo inmundicias. Dios no quiere que ustedes sean así. Él no quiere que ustedes lo acepten todo. SE2 165.3

Ahora, algunos me preguntan: «Díganos qué trabajos deberíamos aceptar, y qué tipo de encargos deberíamos recibir». Eso no puedo decírselo yo. Dios le ha dado a cada cual la capacidad de discernimiento. Hay quienes desean que ustedes definan cada una de sus acciones. Pues Dios no desea que ustedes hagan eso. Él no nos da cuerda una y otra vez como a un reloj. No, él no hace eso. Si se nos especifica nuestro trabajo punto por punto, diciendo que todos deben actuar de esa manera, el diablo sabrá dónde encontramos. Ustedes no necesitan que se les especifique cada cosita. Pero trabajar para ser alguien es lo más importante. Hemos de trabajar ac-tuando teniendo un mismo corazón, espíritu e idea en de Jesucristo. No exalten al hombre. No lo exalten. Si lo hacen, Satanás entrará y causará problemas. No regañen. No se quejen. Ustedes no deben tener favoritos porque eso no está de acuerdo con la voluntad de Dios. Trátense con bondad y ayúdense mutuamente, no en camino al infierno sino en el camino al cielo, y van a conseguir triunfos que jamás soñaron; y desearán que todos tengan esa bendita experiencia. SE2 165.4

Bien, esta podría ser la última oportunidad que yo tenga para hablarles, de modo que deseo decirles algo más. Vístanse en forma modesta como cristianos, y compórtense con modestia delante de Dios. Que Dios nos ayude a entender lo que significa ser cristiano. Significa asemejarse a Dios. ¿Y eso qué implica? ¿Cómo pueden dos caminar juntos a menos que estén de acuerdo? ¡Si caminan con Dios, Cristo les concederá una corona inmortal! SE2 166.1