Manuscritos Inéditos Tomo 2 (Contiene los manuscritos 97-161)

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Manuscrito 127—Sujeción a la voluntad divina Disciplina escolar La eliminación de los insectos

La tarea del ser humano, según se presenta en el texto, no es una obra independiente que él realiza sin contar con Dios, pues depende por completo del poder y de la gracia del Agente divino. En esto muchos se equivocan, pues afirman que cada cual debe actuar por sí mismo, libre de la influencia divina. Esto no coincide con el texto. Algunos dicen que estamos exentos de toda obligación, ya que Dios lo ha hecho todo, tanto respecto al querer como al hacer. El texto parte del supuesto de que la salvación requiere que la voluntad personal se sujete a la voluntad divina [...] y que el conflicto más fuerte y severo, surge con un propósito, y en el momento de las grandes decisiones, para inclinar la voluntad y la acción a la voluntad y a la acción divina.— Carta 135, 1898, pp. 1, 4. 2MI 167.1

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Solicitado por la Junta del Espíritu de Profecía a los Fideicomisarios para reemplazar material de la lectura del 26 de marzo de un libro devocional.

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Les dije a los alumnos que si no se ocupaban de sus propios asuntos y aprovechaban el tiempo sirviendo al Señor con la mente, el corazón, el alma y con todas sus fuerzas; la escuela no los iba a beneficiar, y los que pagaron sus cuotas escolares no quedarían satisfechos. Les dije que no se toleraría frivolidad alguna, y que si estaban decididos a hacer su voluntad y a actuar como les viniera en gana, sería mejor que regresaran a sus casas, para estar sujetos a sus padres [...] No queremos que unos pocos rebeldes desmoralicen al resto de los alumnos.— Carta 145, 1897, pp. 4, 5 (a William C. White, 15 de agosto de 1897). 2MI 168.1

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La eliminación de insectos y la fumigación de árboles frutales. Hay quienes dicen que no se le debería eliminar a ningún ser vivo, incluidos los insectos. Dios no le ha enviado semejante mensaje a su pueblo. Se podría extrapolar el mandamiento de «No matarás” ilimitadamente, pero sería irrazonable. Los que dicen eso, no han aprendido en la escuela de Cristo. 2MI 168.2

Este mundo ha sido maldecido a causa del pecado, y en los últimos días las plagas de todo tipo se multiplicarán. Y esas plagas deben ser eliminadas, pues nos incomodan y atormentan, e incluso pueden provocar la muerte; destruyendo la obra de nuestras manos y el fruto de la tierra. En algunos lugares hay insectos que destruyen por completo la madera de los edificios. ¿No deben acaso ser eliminados? Los árboles frutales hay que fumigarlos para eliminar insectos que dañan la fruta. Dios nos ha dado una parte que cumplir, y esa parte debemos realizarla con toda fidelidad. El resto luego se lo hemos de dejar al Señor. 2MI 168.3

Dios no le ha dirigido a nadie este mensaje: «No maten ninguna hormiga, pulga o polilla”. Debemos cuidarnos de los insectos que causan molestias o que son dañinos, así como de los reptiles; destruyéndolos, para protegernos nosotros y a nuestras posesiones de todo daño. Incluso aún esforzándonos por eliminar esas plagas, siguen multiplicándose.— Manuscrito 70, 1901, pp. 9, 10. 2MI 168.4

Patrimonio White,

1961

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Solicitado por el Departamento de Educación para utilizarlo en un artículo del Journal of TrueEducation.

Solicitado para utilizarlo en correspondencia de la oficina, y en parte en un artículo de la Review and Herald.

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El manuscrito 128 no se ha publicado