Manuscritos Inéditos Tomo 2 (Contiene los manuscritos 97-161)

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Manuscrito 122 A—La vivienda de Cooranbong Asuntos personales y financieros

Ha pasado algún tiempo desde que les escribí y estoy ansiosa por saber personalmente de ustedes. Nos estamos acomodando en nuestra residencia en Sunnyside, Avondale (Australia). Ha sido un largo y tedioso proceso, además de costoso. 2MI 161.1

Esta casa está siendo construida por uno de los mejores carpinteros de Australia, un maestro constructor, que ha contado con dos ayudantes. Los cimientos fueron echados en agosto y aún no se ha terminado del todo, ya que Willie necesita espacio para él. En la familia somos dieciséis. La cocinera, la Sra. Byron Belden, no ha podido cocinar 2MI 161.2

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Material no publicado, en exposición permanente en «Sunnyside”, la residencia de Elena G. de White en Coorabong, Australia. mucho. Hemos tenido que dividirnos. Willie se había unido a mi familia desde que llegamos acá. Así que pensamos que lo mejor era dividirnos en dos. 2MI 161.3

Lo primero que se ha construido ha sido un baño, la lavandería y un almacén de madera; todo junto para que los carpinteros tuvieran donde trabajar. Decidimos que esto pasaría a ser la vivienda de Willie y su familia. El dormitorio de ellos es de doce por doce pies. El almacén tiene buen piso y las vigas del techo pintadas. Dividimos la despensa y pusimos estantes, y quedó espacio para unos fogones. Había asimismo una cocina de doce por doce pies. Se montó un entarimado de ocho pies de ancho cubierto por un techo de planchas metálicas, que proporciona una amplia terraza, a la que se le han clavado en los lados sacos abiertos. Del entarimado sale un sendero levantado sobre el suelo que llega a nivel hasta la carpa de mi familia, que tiene quince por veintinueve pies. Hay una cortina que divide un espacio para los niños en uno de los extremos, y el espacio restante es utilizado como sala y comedor. Ellos se las arreglan bien. Están bastante bien acomodados. 2MI 162.1

El costo de construcción de una vivienda es muy elevado; algo así como el doble que en Estados Unidos, donde la madera que se consigue es mucho mejor que la madera de aquí. No hay madera apropiada para fabricar carruajes, ruedas o radios para ellas. Toda tiene que importarse de los Estados Unidos. Los eucaliptos australianos no sirven ni siquiera para leña. Esos árboles absorben el agua y la humedad del terreno, y su madera no es apropiada para combustible, ni siquiera cuando está seca. Hay una especie de caoba que puede usarse para muebles, pero trabajarla es un proceso laborioso. Estamos evitando tanto como nos sea posible, utilizar madera local. Dependemos de la madera de roble para usarla como combustible para la estufa. Cualquier cosa que sirva en nuestros hogares o chimeneas. Las raíces de árboles es la mejor madera para quemar. Tenemos cuatro chimeneas en nuestra casa, y no hará falta que compremos leña si pasa mucho tiempo; aunque eso no se puede garantizar. 2MI 162.2

Todo lo que he dicho respecto a este lugar, ha sido confirmado por los buenos resultados. «La tierra, si ustedes la trabajan adecuadamente, les entregará sus tesoros», me dijo mi Guía una y otra vez. Así se ha hecho y se hará otro año, y esperamos ver resultados en los árboles frutales. Tenemos la certeza de que cosecharemos duraznos. 2MI 162.3

Me gustaría que pudieran ver como Ella May White y Mabel White han mejorado mucho por el clima de Granville. Desde que llegaron aquí han estado ganando peso y creciendo, por lo que la poca ropa que tenían ya les queda muy pequeña. Son de tez blanca muy clara y brillante. Las dos son muy hacendosas. Su madre cree que con ellas tiene un tesoro, y es cierto. Son muy cariñosas. Constituyen la mejor compañía de su madre. Mabel y Ella son unas excelentes muchachitas. El Señor las ama, y ellas aman al Señor. Las dos son muy apegadas a mí, y yo las quiero mucho. Ahora tengo que dejar de escribir... 2MI 163.1

Tomo de nuevo la pluma. May Lacey White es una madre bondadosa y cariñosa, precisamente lo que las niñas necesitan. Ellas la quieren mucho. 2MI 163.2

Ahora estamos cortando los árboles que hay cerca de la casa. La mayor parte de ellos tiene unos cien pies de alto, y casi ninguno tiene ni una sola rama por debajo de los ochenta pies. Si tienen ramas en la copa, que es muy frondosa. Cuando sopla el viento, a menudo caen derribados. No queremos cortarlos todos. Así que el hermano Connell se coloca una soga alrededor del cuerpo y, después de haber asegurado firmemente una escalera al árbol, sube por ella. Luego sube por el tronco liso hasta que alcanza una rama. A continuación ata la soga al árbol, encima de la primera rama. Baja de nuevo hasta la escalera y comienza a cortar el árbol utilizando una hacha que lleva atada a la cintura con una cuerda. Cuando ya ha cortado lo suficiente del tronco, se baja y asegura la soga a otro árbol resistente. Después varios hombres tiran de la cuerda, y la parte superior del árbol se viene abajo, dejando un tronco a manera de poste de unos treinta pies de alto. Al cabo de poco tiempo el árbol echa nuevas ramas más abajo que antes, que darán sombra sin el peligro que representaba la elevada y pesada copa. Ayer se podaron siete árboles, varios el miércoles, y otros más el martes; por lo que estamos haciendo más seguras la casa y las carpas. El eucalipto naranja es un árbol muy sin gular que se dobla y retuerce en todas direcciones. Estos árboles han sido ahuecados por las hormigas, y en días calurosos grandes ramas se desprenden, y en otras ocasiones se desploma incluso la mitad de un árbol. El calor o el viento quiebran las ramas y son peligrosos, por lo que creo deben ser eliminados, aunque su follaje es hermoso. 2MI 163.3

Contamos con uno de los mejores hombres para encargarse de cualquier trabajo. Sabe hacer prácticamente de todo. Parece tener una especial intuición y es un empleado dotado de un especial talento. Me siento muy confiada, porque en las manos de él todo esta muy seguro. Si él escucha algún ruido durante la noche, lo primero que se ve es su linterna, y él por detrás, verificando todo alrededor de nuestra casa para ver si hay algún ladrón en los alrededores. Ha asistido a la escuela en Melbourne y ha sido un exitoso colportor. No es un trabajador que cree en días de fiesta, o en jornadas de ocho horas. Trabaja desde temprano y hasta tarde por una libra esterlina por semana, además de su comida. Me siento agradecida por la ayuda que él representa para nosotros. Es un hombre confiable en todos los aspectos. Hay pocos como él en este país. Todos los que lo conocen afirman que él es la persona que necesitamos, y yo lo corroboro. 2MI 163.4

Tenemos que velar y orar. He contado con una ayuda especial desde que llegamos a este lugar. Escribo mucho, no acerca de la vida de Cristo, sino materiales para ser publicados tan pronto como Eliza Burnham concluya con algunos asuntos que está redactando. Aprecio mucho a Eliza. Desde que vinimos a Australia nos esforzamos para conseguirla. Ella es una empleada eficiente. 2MI 164.1

Ya tengo sesenta y ocho años. Yo creía que eran sesenta y siete, pero los míos me han hecho reconocer el error. Tengo que escribir mucho y estoy impaciente por hacerlo, y si el Señor mantiene en buenas condiciones mis facultades mentales voy a hacerlo; confiando plenamente en su poder y abundante gracia. Pero mi dedicación a escribir no disminuye con la edad. Además no veo que mi memoria me esté fallando. 2MI 164.2

No tengo información respecto a cómo van las cosas en la editorial. Me sentí bastante sorprendida al ver los grabados que se supone que van a usarse para el libro Sermon on the Mount [El Sermón del Monte]. No puedo aceptar que se utilicen dichas imágenes ya que confunden, pues falsean la realidad. Pero estoy intentando que nada de lo que suceda me quite la tranquilidad. Sé que esto es lo mejor: confiar en el Señor y aguardar con paciencia, ya que él es nuestro Gobernante, nuestro Ayudador y nuestra Torre de Fortaleza. Espero que usted y su esposa reconozcan esa realidad en sus vidas. Necesitamos ahora crecer en sabiduría, tener un mayor conocimiento de Dios, acercándonos a él para que él se acerque a nosotros. 2MI 164.3

Mi gran anhelo es cumplir con la parte que me toca en favor de las almas. Tenemos muy poco tiempo para trabajar. Veo que hay mucho por hacer aquí en la escuela respecto a los interesados. Tenemos gran necesidad de una capilla donde podamos reunirnos para adorar a Dios, pero no contamos con los medios necesarios. En la actualidad nos reunimos con tan solo un techo para cubrirnos y con sacos de yute colocados sobre el suelo, lo cual no resulta en absoluto conveniente. 2MI 164.4

¿Puede usted decirme, cuando me conteste, cómo está mi saldo respecto a las deudas en Michigan? ¿Podrá usted averiguarlo, para saber si cuento con los medios para contribuir con la edificación de un templo, de la forma más económica posible? He utilizado préstamos para diferentes proyectos: mil seiscientos dólares de alguien que me los prestó sin yo ni siquiera haberle pedido nada, mil recibidos del hermano Walter Harper, que he estado utilizando para la construcción de nuestro edificio aquí; quinientos que un hermano de Sudáfrica me prestó, utilizado para necesidades de la escuela. Por eso me siento impaciente por conocer mi situación, antes de comprometer más dinero de derechos de autor correspondientes a los libros de fuera vendidos en Estados Unidos. 2MI 165.1

Me daría muchos quebraderos de cabeza solicitar nuevos adelantos de dinero que incrementen mis deudas, y cuando todo eso me viene a la mente durante la noche no soy capaz de conciliar el sueño. Necesito saber el montante de mis deudas. Me piden a mí como si yo fuera la única fuente para la obtención de recursos en este país. 2MI 165.2

Willie le prestó al hermano Semmens, el secretario de la Asociación de Sydney, una de mis máquinas de escribir. Cuando dije me hace falta esa máquina, los pastores Israel y McCullagh me miraron sorprendidos diciéndome: «¿Qué vamos a hacer si no podemos utilizar esa máquina?». Era de esperar. Pero no creo que me corresponda haber tenido que pagar casi cien dólares por una máquina para que la usen en la Asociación en Nueva Gales del Sur, y que yo tenga que comprar otra nueva. Casos como este suceden de continuo. Ellos parecerían esperar que yo supla todas las carencias. Dígame si usted puede informarme de mi situación actual, para ver si resulta aconsejable que yo proceda, sin lanzarme al vacío. 2MI 165.3

La obra está empeñada aquí en adelantar la labor de construcción en los terrenos de la escuela. Es cierto que los edificios no deberían costar tanto como los nuestros, porque no contábamos con un aserradero y con un horno de ladrillos en funcionamiento. Todos los edificios, excepto el principal, serán construidos utilizando materiales de más calidad que el disponible en Sydney, y a un menor costo. Bien, la única forma de hacerlo es avanzar tanto y tan rápido como podamos, y luego confiar en la Providencia. Me gustaría recibir una respuesta tan pronto como le sea posible. 2MI 165.4

Por favor envíenme tres de las mejores estilográficas con cargador que pueda encontrar. Me gustan las de tamaño normal, no las muy grandes, porque no las puedo sujetar bien por culpa de la artritis. No quisiera que sean de las que se desenroscan por la mitad, ya que se vacían muy pronto. Quiero que sean de calidad para que cumplan con su función, plumas que duren. Cárguelas a mi cuenta. Ahora no tengo más que una. Intenté que me arreglaran las viejas, pero no se pudo hacer aquí en este país. Por favor envíenme esas plumas, que no sean muy corrientes, sino de las que la tinta fluye con facilidad. 2MI 166.1

Este último grupo de cartas no podré hacer que las copien. Mi pluma escribe muy mal. Por favor envíenme esto que le pido, y que lo carguen a mi cuenta. 2MI 166.2

En la próxima caja de libros que envíen, por favor incluyan al menos cincuenta Gospel Primers y al menos cincuenta ejemplares del último libro publicado por Edson. Hay familias en Norfolk Island y en Howe Island, y en los alrededores, a las que quiero proporcionárselos, pues necesitan algo sencillo. ¿Pueden por favor informarse respecto a la solicitud de publicación del último libro? Quiero publicarlo aquí en Melbourne. Si ustedes se encargan de esto me harán un favor. Pueden consultarlo con el hermano Tait. Necesito una respuesta de inmediato. Me hacen falta esos libros para entregárselos a algunas familias. 2MI 166.3

Por favor, permitan que la hermana Austin vea esta carta. En la próxima misiva, déjenme saber si tienen dificultades para leer mis cartas, escritas de mi puño y letra. Con todo mi cariño para toda la familia. 2MI 166.4

P. S. Esta es una carta enredada. Anteriormente durante unos cuantos meses escribí varias cartas, y no pude hacer que las copiaran con buena letra, y ustedes no las recibieron. Así que esta me arriesgo a enviársela, de lo contrario no recibirían nada.— Carta 136, 1896, pp. 16 (a Henry Kellogg, 27 de febrero de 1896). 2MI 166.5

Patrimonio White,

1º de noviembre de 1960

El manuscrito 123 se publicó en Nuestra elevada vocación

El manuscrito 124 se publicó en Testimonios dirigidos a Sudáfrica

El manuscrito 125 no se ha publicado

El manuscrito 126 sin procesar