Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96)

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Manuscrito 25—Los pilares y los hitos del mensaje

Vigencia de las verdades de 1844 a 1846. No deseo ignorar o desechar ni un eslabón de la cadena probatoria que se constituyó cuando, después de que hubiera pasado la fecha prevista en 1844, pequeños grupos de buscadores de la verdad se reunían para estudiar la Biblia y pedir a Dios luz y orientación. [...] La verdad quedó grabada en nuestro cerebro con tanta firmeza que no podíamos dudar. [...] La evidencia dada en nuestra primera experiencia tiene la misma experiencia que tuvo entonces. La verdad es la misma de siempre, y no puede eliminarse de ella absolutamente nada, ni debe quitarse ningún pilar de la estructura de la verdad. Lo que encontramos en la Palabra en 1844, 1845 y 1846 sigue siendo la verdad en todos los sentidos.— Carta 38, 1906, pp. 1, 2 (a la familia del Sanatorio de Wahroonga, 23 de enero de 1906). MI1 55.1

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Solicitado por el pastor Leroy E. Froom, una parte de la cual había de ser usada en una monografía sobre los «hitos» y los «pilares» del mensaje, y otra parte que había de relacionarse con declaraciones publicadas en una columna acompañante de citas escogidas del Espíritu de Profecía.

El marco de los mensajes establecido inspiradamente.— La proclamación de los ángeles primero, segundo y tercero ha sido enmarcada por la Palabra de la Inspiración. No ha de suprimirse ni un ápice. Ninguna autoridad humana tiene más derecho a cambiar el marco de estos mensajes que a sustituir el Antiguo Testamento con el Nuevo. El Antiguo Testamento es el evangelio en figuras y símbolos. El Nuevo Testamento es la sustancia. El uno es tan esencial como el otro.— Ms 32, 1896, p. 1 («Testimony concerning the Views of Prophecy Held by Brother John Bell» [Testimonio relativo a los puntos de vista sobre la profecía defendidos por el hermano John Bell], 6 de diciembre de 1896). MI1 56.1

No hay tercero sin segundo. Los mensajes primero y segundo fueron dados en 1843 y 1844, y ahora estamos en la proclamación del tercero; pero los tres mensajes han de seguir siendo proclamados. Es exactamente igual de esencial ahora como lo fue antes que se repitan a los que buscan la verdad. De palabra y por escrito, hemos de proclamarlos con potencia, mostrando su orden, y la aplicación de las profecías que nos llevan al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercero sin el primero y el segundo.— Ibíd. MI1 56.2

Las verdades posteriores a 1844. Las verdades que nos fueron dadas, tras haberse cumplido el plazo previsto en 1844, son tan ciertas e inamovibles como cuando el Señor nos las dio en respuesta a nuestras fervorosas plegarias. Las visiones que el Señor me ha dado han sido tan significativas que sabemos que lo que hemos aceptado es la verdad. Esto fue confirmado por el Espíritu Santo. La luz, la preciosa luz proveniente de Dios, dejó establecidos los puntos principales de nuestra fe como hoy los sostenemos.— Carta 50, 1906, pp. 1, 2 (al pastor W. W. Simpson, 30 de enero de 1906). MI1 56.3

Los pilares soportarán la carga. Debemos permitir que los grandes principios del mensaje del tercer ángel destaquen de forma clara y nítida. Los firmes pilares de nuestra fe soportarán todo el peso que pueda ponerse sobre ellos.— Carta 207, 1899, p. 2 (al pastor S. N. Haskell y al pastor G. A. Irwin, 15 de diciembre de 1899). MI1 56.4

Ha soportado la prueba desde 1844. Ha llegado el momento en que debemos negamos a salir de la plataforma de la verdad eterna que desde 1844 ha soportado la prueba.— Carta 277, 1904, p. 6 (a J. A. Read, 31 de julio de 1904). MI1 56.5

No hace falta sustituir ningún pilar. La Palabra del Señor ha guiado nuestras pisadas desde que se superó el plazo previsto en 1844. Hemos escudriñado las Escrituras; hemos edificado sólidamente; y no hemos tenido que deshacer nuestros fundamentos y establecer nuevos pilares.— Carta 24, 1907, p. 3 (al pastor A. G. Daniells, 4 de febrero de 1907). MI1 57.1

Todos los pilares han de ser reforzados. El Señor ha declarado que la historia del pasado se repetirá cuando lleguemos al tramo final. Ha de proclamarse al mundo toda verdad que él nos haya dado para estos últimos días. Todos los pilares establecidos tienen que ser reforzados. No podemos ahora salimos de la plataforma que Dios ha establecido. [...] En estos momentos existe la necesidad de repetir la experiencia de los hombres que tuvieron su papel en el establecimiento de nuestra obra al principio.— Ms 129, 1905, p. 3 («Steadfast unto the End” [Firmes hasta el fin], 24 de diciembre de 1905). MI1 57.2

Defender los hitos de la verdad. Los grandes hitos de la verdad, que nos muestran nuestro rumbo en la historia profética, han de ser defendidos; no vaya a ser que sean derribados y sustituidos con teorías que traerían confusión más que luz genuina.— Ms 31, 1896, p. 1 («Testimony concerning the Views of Prophecy Held by Brother John Bell» [Testimonio relativo a los puntos de vista sobre la profecía defendidos por el hermano John Bell], 8 de noviembre de 1896). MI1 57.3

Rechazo de la interpretación de saboteadores. No escuchen ni por un momento las interpretaciones que moverían un hito, que eliminarían un pilar, de la plataforma de la verdad. Las interpretaciones humanas, la aceptación de fábulas, echarán a perder la fe de ustedes, confundirán su entendimiento y anularán su fe en Jesucristo. Estudien diligentemente el tercer capítulo del Apocalipsis. En él se señala el peligro de perder nuestra vinculación con lo que hemos oído y aprendido de la Fuente de toda luz.— Carta 230, 1906, p. 4 (a los ancianos de la iglesia de Battle Creek, y a los pastores y los médicos, 5 de julio de 1906). MI1 57.4

Contra la remoción de los hitos. Cuando aparecen hombres que quisieran remover un hito o eliminar un pilar del fundamento que Dios ha establecido por su Santo Espíritu, que los hombres de más edad, que fueron pioneros de nuestra obra, hablen con claridad, y hablen también los que están muertos, haciendo que se reimpriman sus artículos en nuestras revistas. Reúnan los rayos de luz divina que Dios ha dado cuando condujo a su pueblo paso a paso en el camino de la verdad. Esta verdad soportará la prueba del tiempo y el análisis más riguroso.— Ms 62, 1905, p. 6 («A Warning against False Theories» [Advertencia contra falsas teorías], 24 de mayo de 1905). MI1 57.5

Mover los pilares. Las verdades, que han sido establecidas por la evidente intervención divina, han de ser mantenidas con firmeza. Que nadie se aventure a mover ni un clavo de la estructura ni una sola piedra de los fundamentos. Los que intentan derribar los pilares de nuestra fe se encuentran entre aquellos de los que la Biblia dice que «en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios» (1 Tim. 4: 1).— Carta 87, 1905, pp. 2, 3 (al pastor S. N. Haskell y su esposa, 25 de febrero de 1905). MI1 58.1

Preservar los hitos. Pronto se harán grandes esfuerzos para desestabilizar nuestra fe en cuanto al santuario; pero no debemos titubear. No debe moverse ni un pilar de los fundamentos de nuestra fe. La verdad sigue siendo verdad. Los que vacilen serán arrastrados a teorías erróneas y, por último, se encontrarán siendo ellos mismos infieles con respecto a las evidencias que en el pasado hemos tenido de lo que es la verdad. Deben preservarse los antiguos hitos para que no perdamos el rumbo.— Carta 395, 1906, p. 4 (al pastor S. M. Cobb, 25 de diciembre de 1906). MI1 58.2

Comunicar al mundo el mensaje. Hemos de comunicar al mundo el mensaje que el Señor nos ha dado. No movamos ningún hito ni quitemos ningún pilar del fundamento de nuestra fe. Hemos de predicar la verdad como ha sido dada por el Señor.— Carta 279, 1904, p. 9 (a los hermanos Paulson, Sadler, Jones y Waggoner, 1º de agosto de 1904). MI1 58.3

Los tres mensajes mutuamente relacionados. Se representa al tercer ángel volando en medio del cielo, lo que simboliza la obra de los que proclaman los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero; y los tres mensajes están mutuamente relacionados. Las evidencias de verdad permanente y siempre viva de estos grandes mensajes, que tanto significan para nosotros, y que han despertado tan intensa opo sición del mundo religioso, siguen vigentes. Satanás está buscando constantemente proyectar su infernal sombra sobre estos mensajes, para que el pueblo remanente de Dios no discierna con claridad su importancia, su oportunidad y su momento; pero siguen vigentes y han de influir poderosamente sobre nuestra experiencia religiosa mientras el tiempo dure.— Carta If, 1890, pp. 5, 6 (a hermanos que ocupan puestos de responsabilidad, noviembre de 1890). MI1 58.4

Tres mensajes inseparables. El mensaje del Señor para su pueblo es la proclamación de los ángeles que vuelan en medio del cielo. [Se cita Apocalipsis 14: 6-12]. Estos mensajes han de ser mutuamente conectados y unidos. No se puede comunicar ninguno de los tres sin los otros.— Carta 65, 1897, p. 2 (al hermano Hawkins y su esposa, 6 de abril de 1897). MI1 59.1

Confusión en cuanto al tercer mensaje. No hay más que unos pocos, incluso entre los que afirman creerlo, que comprendan el mensaje del tercer ángel y, no obstante, este es el mensaje para hoy. Es la verdad presente. Pero ¡qué pocos aceptan este mensaje con su real trascendencia y lo presentan al pueblo con todo su poder! Para muchos es algo de menor importancia. [...] La obra final del mensaje del tercer ángel estará acompañada de un poder que hará brillar los rayos del Sol de justicia por los caminos y los senderos de la vida, y se adoptarán decisiones a favor de Dios como Gobernante supremo; se considerará que su ley es la norma de su gobierno.— Ms 15, 1888, p. 5 («A Call to a Deeper Study of the Word» [Llamamiento a un estudio más pro-fundo de la Palabra], 1º de noviembre de 1888). MI1 59.2

El tercer mensaje incluye a los otros dos. El tema de máxima importancia es el mensaje del tercer ángel, que incluye los mensajes del primer y segundo ángel. Todos deberían entender las verdades contenidas en estos mensajes; porque son esenciales para la salvación. Tendremos que estudiarlos diligentemente para entender estas verdades; y nuestro poder de aprendizaje y de captación será puesto a prueba al máximo.— Carta 97, 1902, p. 2 (al pastor E. J. Waggoner, 7 de julio de 1902). MI1 59.3

Mensaje para hoy. El mensaje evangélico para nuestra época está incluido en el mensaje del tercer ángel, que abarca los mensajes de los ángeles primero y segundo, y que ha de proclamarse por todas partes; porque es la verdad presente. Este mensaje ha de comunicarse con toda claridad y gran poder. No ha de quedar difuminado por las teorías y los sofismas humanos.— Carta 20, 1900, pp. 5, 6 (a J. Edson White y su esposa Emma, 31 de enero de 1900). MI1 59.4

El tercer mensaje, el evangelio íntegro. Ha de realizarse una gran obra proclamando a todo el mundo las verdades salvadoras del evangelio. Pre-sentar estas verdades es el objetivo del mensaje del tercer ángel. [...] Todo el evangelio está incluido en el mensaje del tercer ángel, y en toda nuestra labor ha de presentarse la verdad como es en Jesús. [...] Que nada aminore la fuerza de la verdad presente. El mensaje del tercer ángel debe hacer su obra de separar de las iglesias a un pueblo que ocupe su puesto en la plataforma de la verdad eterna. Nuestro mensaje es un mensaje de vida o muerte, y debemos dejar que aparezca tal cual es: el gran poder de Dios. Hemos de presentarlo en toda su contundente fuerza. Después, el Señor le dará eficacia.— Ms 19, 1900, pp. 1, 4, 5 («A Perfect Ministry. Its Purpose” [Un ministerio perfecto. Su propósito], 5 de marzo de 1900). MI1 60.1

Partícipes en los primeros mensajes. Después de que se superase el plazo previsto, Dios confió a sus fieles seguidores los valiosos principios de la verdad presente. Estos principios no fueron dados a los que no habían tenido parte en la proclamación de los mensajes del primer y el segundo ángel. Fueron dados a los obreros que habían formado parte de la causa desde el principio.— Ms 129, 1905, p. 2 («Steadfast unto the End” [Firmes hasta el fin], 24 de diciembre de 1905). MI1 60.2

Centrarse en lo fundamental. Hemos de centramos en lo que conciernen a nuestro bienestar eterno. Cualquier cosa que el enemigo pueda idear para desviar nuestros pensamientos de la Palabra de Dios, cualquier cosa nueva y extraña que él pueda originar para crear división de opiniones, la introducirá como algo tremendamente importante [...]. El enemigo procurará que los creyentes investiguen asuntos de importancia secundaria y centren su atención en estos asuntos en reuniones de comisiones y en las juntas. Pero, al desviar su atención hacia asuntos tan poco relevantes, los hermanos entorpecen la obra en vez de potenciarla. MI1 60.3

Hemos de proclamar el mensaje del tercer ángel a un mundo que perece, y no hemos de permitir que nuestros pensamientos se desvíen a minucias que, en la práctica, no llevan a nada bueno. Si nuestros hermanos quisieran considerar los importantes asuntos relativos a la vida eterna y a la muerte eterna, muchas de las cuestiones menores que tanto desean clarificar se aclararían solas.— Carta 16, 1903, pp. 5-7 (al pastor S. N. Haskell y su esposa, lº de enero de 1903). MI1 60.4

Desviarse del mensaje. No hemos de permitir que nuestra atención se desvíe de la proclamación del mensaje que nos ha sido dado. Durante años se me ha indicado que no hemos de prestar atención a cuestiones no esenciales. Hay temas de la mayor importancia que han de ser tenidos muy en cuenta.— Ms 10, 1905, p. 2 («Non-Essential Subjects to Be Avoided” [Han de evitarse las cuestiones no esenciales], 12 de septiembre de 1904). MI1 61.1

La verdad presente y los tres mensajes. La verdad presente para este tiempo comprende los tres mensajes: el mensaje del tercer ángel, que sucede al primero y el segundo.— Carta 121, 1900, p. 5 (al pastor S. N. Haskell y su esposa, 13 de agosto de 1900). MI1 61.2

El mensaje del tercer ángel en 1899. Vino sobre mí luz de forma clara y nítida en el sentido de que la obra médica misionera se había vuelto demasiado absorbente, y se estaba descuidando una obra más eficaz en diversos ámbitos, que estaba usted acumulando en sus manos un tipo de trabajo que no termina nunca, que eclipsaba la obra que es preciso llevar a cabo en todas las ciudades: la proclamación de la pronta venida de Cristo. Se estaba dejando de lado el mensaje del tercer ángel.— Carta 55, 1899, pp. 2, 3 (al Dr. J. H. Kellogg, 24 de marzo de 1899). MI1 61.3

Patrimonio White, Washington, D. C., 10 de septiembre de 1944