Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96)

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Manuscrito 24—Comentarios sobre Daniel 2

La sucesión de imperios y la ley. Cientos de años antes de que ciertas naciones empezaran a desempeñar su papel, el Omnisciente miró a través de los siglos y predijo, por medio de sus siervos, los profetas, el surgimiento y la caída de los reinos mundiales. El profeta Daniel, cuando interpretó para el rey de Babilonia el sueño de la gran imagen —una imagen simbólica de los reinos del mundo—, declaró a Nabucodonosor que su reino sería desbancado. Su grandeza y su poder tendrían su momento, y surgiría un segundo reino, que también tendría su período de prueba en cuanto a si exaltaría al Gobernante supremo, al único Dios verdadero. Por no haberlo hecho, su gloria se desvanecería, y un tercer reino ocuparía su lugar. Probado por la obediencia o la desobediencia, también este pasaría; y un cuarto reino, fuerte como el hierro, sometería a las naciones del mundo. Estas predicciones del Infinito, consigna-das en la página profética y delineadas en las páginas de la MI1 51.1

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Solicitado por profesores de Biblia a fin de obtener información en cuanto a la mezcla del hierro y la arcilla. historia, fueron dadas para demostrar que Dios es el poder gobernante en los asuntos de este mundo. «El muda los tiempos y las edades, quita reyes y pone reyes” (Dan. 2: 21), para cumplir su propio propósito. [...]

La voz de Dios, oída en épocas pasadas, resuena a lo largo de la historia, de siglo en siglo, en todas las generaciones que han desempeñado su papel y desaparecido. ¿Hablará Dios y su voz no será respetada? ¿Qué poder planeó toda esta historia, que las naciones, una tras otra, fueran surgiendo en el momento previsto y ocuparan el lugar señalado, siendo testigos inconscientes de la verdad de aquello cuyo significado ellas mismas desconocían? Los siglos tienen su misión. Cada momento tiene su propósito.— The Youth’s Instructor, 29 de septiembre de 1903, pp. 6, 7. MI1 52.1

El papado y la caída de Roma. Aunque representa el deterioro de los reinos de la tierra en poder y gloria, la imagen de Nabucodonosor también representa acertadamente el deterioro de la religión y la moral entre el pueblo de estos reinos. A medida que las naciones se olvidan de Dios, en igual proporción se vuelven débiles moralmente. MI1 52.2

Babilonia desapareció porque, en su prosperidad se olvidó de Dios, y atribuyó la gloria de su prosperidad al logro humano. MI1 52.3

El Imperio Medopersa fue visitado por la ira del cielo porque en ese reino la ley de Dios era pisoteada. El temor del Señor no encontraba ningún lugar en el corazón del pueblo. Las influencias prevalecientes en Medopersia eran la maldad, la blasfemia y la corrupción. MI1 52.4

Los reinos que siguieron fueron aún más viles y corruptos. Se deterioraron porque se apartaron de su lealtad a Dios. Al olvidarlo, se fueron hundiendo cada vez más en la escala del valor moral. MI1 52.5

El vasto imperio de Roma se desmoronó y quedó dividido en pedazos, y de sus ruinas surgió esa poderosa potencia que es la Iglesia Católica Romana. Esta iglesia se jacta de su infalibilidad y de su religión hereditaria. Pero esta religión es de temer para cuantos están familiarizados con los secretos del misterio de la iniquidad. Los sacerdotes de esta iglesia conservan su predominio manteniendo al pueblo en la ignorancia de la voluntad de Dios, revelada en las Escrituras.— The Youth’s Instructor, 22 de septiembre de 1903, p. 6. MI1 52.6

Hierro y arcilla: política y religión. Hemos llegado a un momento en que la sagrada obra de Dios está representada por los pies de la imagen, en los que el hierro estaba mezclado con la fangosa arcilla. Dios tiene un pueblo, un pueblo escogido, cuyo discernimiento debe ser santificado, que no debe volverse profano edificando sobre «madera, heno y hojarasca” (1 Cor. 3: 12). Toda alma que sea leal a los mandamientos de Dios verá que la característica distintiva de nuestra fe es el sábado, séptimo día de la semana. Si el gobierno quisiera honrar el sábado, como Dios ha ordenado, se alzaría con el poder de Dios y en defensa de la verdad una vez dada a los santos. Pero los estadistas defenderán el día de reposo espurio y mezclarán su fe religiosa con la observancia de este vástago del papado, poniéndolo por encima del sábado, que el Señor santificó y bendijo, apartándolo para que el hombre lo santificara, como señal entre él y su pueblo hasta mil generaciones. La mezcla de lo estatal y lo religioso está representada por el hierro y la arcilla. Esta unión debilita todo el poder de las iglesias. Esta investidura de la iglesia con el poder del Estado producirá resultados malignos. Los hombres casi han sobrepasado el límite de la paciencia divina. Han invertido su fuerza en la política y se han unido al papado. Pero llegará el momento en que Dios castigará a los que han anulado su ley, y su obra perversa se volverá contra ellos.— Ms 63, 1899, pp. 12, 13 (manuscrito sin título, 22 de abril de 1899). MI1 52.7

Patrimonio White, Washington, D. C., 29 de septiembre de 1943