Manuscritos Inéditos Tomo 3 (Contiene los manuscritos 162-209)
Manuscrito 173 - Asuntos de manuscritos varios
No vacilo en decir que creo que ha llegado el momento de que Florida tenga un sanatorio, a fin de que la luz para cuyo reflejo se fundan nuestros sanatorios pueda alumbrar a los habitantes de Florida y a los muchos que acuden desde los Estados septentrionales en busca de salud.— Carta 220, 1908, p. 1 (al presidente de la Asociación de Florida, 23 de julio de 1908). 3MI 161.1
Queridos hermano y hermana Hare: Estoy muy interesada en la obra en Ashfield y Petersham. Dios tiene almas preciosas en estos lugares, y por eso la obra se está topando con tanta oposición. Satanás está decidido a disputar cada punto y cada centímetro de terreno. Sin embargo, ¿obtendrá la victoria? Esperamos que ustedes responderán: «No, jamás». Cíñanse todas las piezas de la armadura que Dios ha proporcionado, y no fallen ni se desanimen. El error debe ser presentado en su carácter engañoso y fatal, y debe mostrarse que la verdad es tan firme como las eternas colinas de Dios [...]. 3MI 161.2
La verdad que se predica suscitará rencor y oposición mayores. Mucho depende de la actitud de ustedes en cuanto a esto. Dios quiere que usted esté de pie en su puesto como un fiel centinela y que no dé cuartel al enemigo [...]. 3MI 162.1
Hermano Hare, Dios le dará fuerza y lo bendecirá si pone en él su confianza. Le suplico que no abandone el campo de batalla. El Dios de Israel está del lado de la verdad y la justicia. Lleve la batalla hasta las puertas [...]. 3MI 162.2
Le ruego por el amor de Cristo que considere lo que digo; porque no lo digo por mi propia cuenta. Es la palabra de Dios para usted.— Carta 25b, 1895, pp. 1-3 (al hermano Hare y su esposa, abril de 1895). 3MI 162.3
Estén seguros de que el sábado es una cuestión de evaluación, y la forma en que traten esta cuestión los pone o al lado de Dios o al lado de Satanás. La marca de la bestia ha de ser presentada de alguna forma a toda institución y todo individuo.— Manuscrito 6, 1889, p. 6 (escrito el 4 de noviembre de 1889). 3MI 162.4
Esta iglesia [Battle Creek, ver Testimonios para la iglesia, tomo 5, pp. 604-606] fue terriblemente apóstata. Muchos llevaban años sin pagar diezmo alguno. Di un decidido testimonio sobre este asunto en una reunión, y fui de casa en casa y trabajé y oré con las familias, y Dios me dio palabras al hablar y abordar estos casos. 3MI 162.5
El hermano L llevaba dos años sin pagar ningún diezmo [...]. Hice un llamamiento para que todos los que necesitaran la ayuda y las oraciones del pueblo de Dios pasaran al frente. El hermano L y su esposa pasaron al frente e hicieron sus confesiones. El hermano L dijo que llevaba algún tiempo sin nada del Espíritu de Dios, porque había estado robando a Dios en diezmos y ofrendas. Puso 125,00 dólares en el donativo navideño, pero dijo que se proponía, de ahí en adelante, pagar al Señor un diezmo íntegro y acometer su obra descuidada en el pasado y hacer restitución al Señor. Varios más dieron un testimonio similar. 3MI 162.6
Al día siguiente visité al hermano L. ¡Cuánto se alegraron de verme! Él dijo que el Señor me había enviado. Se consideraba bendecido por el hecho de que yo fuera a su casa. Oré con ellos, luego fui al grano; pedí al hermano L que me diera un pagaré. Dijo que lo haría con mucho gusto. Yo tenía un talonario y un lápiz, que le entregué. Escribió: «Por valor recibido, prometo pagar”. Me miró y dijo: «Eso es, exactamente como debe ser. Vengo recibiendo bendiciones de Dios día tras día, y me avergüenzo de haber obrado así con mi Señor, pero no volverá a pasar”. 3MI 162.7
Calculó lo que era su diezmo íntegro y calculó el interés, y ascendía a la bonita cifra de 571,50 dólares. Dijo que esperaba dinero cualquier día y que, antes que nada, pagará este pagaré al Señor [...]. 3MI 163.1
Al volver al día siguiente de la casa del hermano F, me saludó el hermano L. Hacía tiempo que yo no veía a alguien tan feliz. Me mostró que había satisfecho su pagaré y que había pagado el dinero, añadiendo algo extra para estar seguro de que era suficiente.— Carta 83, 1889, pp. 3, 4 (a «Querida hija Mary» [la esposa de W. C. White], 5 de enero de 1889). 3MI 163.2
PATRIMONIO WHITE,
7 de abril de 1965