Elena De White: Mujer De Visión
LA PROPIEDAD DE PARADISE VALLEY
Después del campestre en septiembre de 1902, Elena de White fue a San Diego y visitó dos veces la propiedad del Sanatorio Potts, a unos 10 kilómetros (6 millas) al sur de la ciudad. Los edificios habían quedado sin usar por años, y se podía conseguir la propiedad por sólo una fracción del costo original. MV 482.1
Aquí estaba un edificio bien construido, de tres pisos, de unos cincuenta cuartos, con amplias verandas, ubicado en una agradable elevación del terreno, y dominando un hermoso valle. Muchos de los cuartos son grandes y aireados... Además del edificio principal, hay un buen establo, y también una cabaña de seis piezas, que puede arreglarse para ayudantes. MV 482.2
La propiedad está ubicada convenientemente, a menos de 11 kilómetros (7 millas) de San Diego, y alrededor de 2 kilómetros (algo más de 1 milla) de la oficina de correos de National City. Hay 9 hectáreas (22 acres) de tierra. Alrededor de la mitad de esta superficie había estado plantada una vez con árboles frutales, pero durante la larga sequía que sufrió esta región, todos los árboles murieron excepto los árboles ornamentales y los arbustos alrededor de los edificios, y unos 70 olivos en las terrazas... Nunca he visto un edificio ofrecido para la venta que estuviese mejor adaptado para el trabajo de un sanatorio. Si este lugar fuera arreglado, tendría justo el aspecto de los lugares que me han sido mostrados por el Señor (Sp. T, Series B, N° 14, pp. 8-9). MV 482.3
La Asociación del Sur de California se sentía incapaz de invertir en el proyecto, de modo que Elena de White pidió prestados $2.000 del Banco de St. Helena a un interés del 8 por ciento, y Josephine Gotzian, una amiga íntima, proveyó los otros $2.000 para cubrir el precio total de $4.000. Las dos mujeres “se tomaron las manos en un acuerdo para unirse a fin de ayudar a comprar el Sanatorio Potts” (Carta 97, 1904). Con fondos que fueron puestos en el proyecto por el Prof. E. S. Ballenger y sus padres, pagaron $300 en impuestos atrasados y usaron $800 para comprar 4 hectáreas (8 acres) de tierra necesaria adyacente a la propiedad. Hubo otros gastos que llevaron el costo total de la propiedad a $5.300. Por supuesto, las dos mujeres y la familia Ballenger no tenían la intención de guardar la propiedad como suya. Ni tenían ninguna intención de convertirla en un asunto de especulación financiera. La compraron para retenerla hasta que el negocio pudiese organizarse y la Asociación pudiera tomar control. MV 482.4
Pero con la propiedad en sus manos, el siguiente paso era encontrar a alguien para administrarla y desarrollarla. Por 15 años había estado desocupada y había mucho para hacer. Elena de White habla del siguiente paso: MV 483.1
Habiendo conseguido el lugar, necesitábamos un administrador, y encontramos a alguien listo para el trabajo. El Hno. E. R. Palmer y su esposa, que habían pasado el invierno en Arizona, estaban en San Diego... Estaban dispuestos a encargarse del trabajo de poner en condición el edificio del sanatorio para su uso (RH, 16 de marzo, 1905 [Sp. T, Serie B, N° 14, pp. 10-11]). MV 483.2
El pastor Palmer hizo arreglos para que en el edificio se instalasen los cables para la electricidad y que se lo limpiase y pintase por fuera. Luego comenzó a reunir el mobiliario para el nuevo sanatorio. MV 483.3
Descubrió que comerciantes adinerados que iban a California para el invierno alquilarían un lugar y comprarían muebles de buena calidad para su uso. Cuando querían regresar a sus casas en el Este, ponían los muebles a disposición a precios muy razonables. De ese modo Palmer pudo conseguir muebles, algunos de arce moteado, para amueblar por lo menos una parte de la institución. MV 483.4
Un pozo y un molino de viento proveían una cantidad limitada de agua, pero desde el principio se sabía que el sistema nunca podría suplir las necesidades de un sanatorio. Palmer describió la situación del agua: “El lote de tierra de 8 hectáreas (20 acres) en el cual se encuentra el edificio era tan seco como las colinas de Gilboa, con sólo una perspectiva remota de que hubiera agua subterránea” (DF 2a, E. R. Palmer, “The Paradise Valley Sanitarium [El Sanatorio de Paradise Valley]”). MV 483.5
A través de sus contactos con Elena de White, Palmer y sus colaboradores sabían que la institución se había comprado por la providencia de Dios. Confiaban que Dios encontraría una manera para suplir sus necesidades. Aún durante el verano de 1904 sufrieron severamente debido a la sequía, una sequía que había durado 8 ó 9 años (W. L. Johns y R. U. Utt, eds., The Vision Bold [La visión audaz], p. 147). Observaron cómo los árboles se marchitaban y morían, y la Sra. White escribió: “Los pobres árboles, marchitos y moribundos, nos están suplicando con su aspecto [que les proveyamos] corrientes refrescantes de agua” (MS 147, 1904). Palmer se refirió a su fuente de confianza con estas palabras: “El Señor ha hablado concerniente a estos puntos, y sus siervos respondieron comprando la propiedad” (DF 2a, E. R. Palmer, “The Paradise Valley Sanitarium”). MV 483.6